GABRIEL TIZÓN

ENTREVISTA

Autorretrato

Nombre completo | Gabriel Tizón Vázquez

Año nacimiento | 1973

Lugar de nacimiento | Ferrol

Estudios | 4 años en la Escuela de artes y oficios, especiaidad Fotografía Artística (sin finalizar) ‧ Titulado en el CEI (Centro Estudios Imaxe) y en la especialidad ENG de Santiago de Compostela.

Actividad fotográfica | Documental ‧ Prensa diaria ‧ Arte

Año de comienzo de actividad | 1996

Estado actual | Activo

Empresa fotográfica y/o colectivo | www.utopiaproject.es

Sitio web | www.gabrieltizon.com

La mayoría de nosotros conocemos a Gabriel Tizón por su trabajo de fotografía documental comprometida, y aunque él se define simplemente como fotógrafo, su actividad también abarca el arte contemporáneo, la pintura, la prensa y la docencia. En esta entrevista nos explica como ha evolucionado su carrera durante más de veinte años, cual es su relación con la prensa y cómo ahora está más preocupado en actuar como piensa, que en producir y mostrar obra

'Norte y Sur'

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Jose: Creo que en tu familia hay varios artistas ¿Cómo fue crecer en ese ambiente?

Gabriel: Sí, en mi familia hay muchos pintores, en realidad soy el único que utiliza como herramienta para trabajar la luz una cámara fotográfica, pero con el tiempo me he dado cuenta al haber crecido entre cuadros, que la fotografía es lo mismo, de hecho mis mayores referentes e influencias vienen de la pintura.

J.: ¿Cuando y cómo descubriste la fotografía?

G.: Cuando un amigo con 15 años, algo mayor que yo y que ya tenía experiencia me dice que mire por su cámara y me lleva a su casa a revelar, desde entonces me pareció magia, y me sigue pareciendo. Siempre le estaré agradecido, porque era un niño con muchos problemas que no le motivaba nada, y esto hizo que me comprometiera con lo que me rodeaba y conmigo mismo, un camino a seguir.

Aunque estuve en algunos lugares estudiándola, me siento autodidacta, porque de quien más aprendí es de los demás.

J.: Empezaste trabajando en prensa local, ¿llegaste ahí por coincidencia o lo buscaste?

G.: Pura coincidencia, tenía unas fotografías porque un amigo me animara a colocar unas fotografías en un bar que conocía el, yo era muy joven y me daba mucha vergüenza, y entonces el jefe de fotografía de un periódico las vio y me dijeron que fuese hablar con el. Era para unas prácticas de verano, pero después se abrió un camino que tuve que aprovechar, porque no tenía otra cosa que hacer por motivos personales, mi infancia y mi adolescencia no resultó nada fácil por problemas que me tenían muy perdido, pero no lo digo como algo malo, aunque fue muy duro, pero creo que con los años los problemas se convierten en oportunidades. Todo lo que nos pasa es lo que somos.

Cartel de la exposición 'Migrantes en el Mediterraneo' en Ciudad de México

J.: ¿Cuando trabajabas en prensa local ya pensabas convertirte en fotógrafo documentalista independiente o fue algo que vino por sí solo más adelante?

G.: Bueno, supongo que vino por si solo, porque este estilo de trabajo es muy difícil que alguien te lo subvencione, o confíe en ti, y más desde el cambio al digital. Los últimos que trabajan asalariados en estos temas son casi todas personas mayores, de cuando el oficio era más manual y reflexivo. Además nunca tuve la valentía de decir: «voy a hacer…», prefiero primero hacer y después mostrar, porque si tuviese un motor, un guión, es dejarme sorprender, y nunca se que me voy a encontrar.

También influye que el trabajo por encargo, tan necesario para comer, a veces, es un poco el enemigo porque vas muy influenciado y direccionado por quien paga, y no te deja ver muchas cosas del alrededor, cosas que pueden decir mucho más. Y curiosamente muchas veces son las que no interesan porque no venden o no están de moda, al fin y al cabo las empresas que encargan son para después vender, esto ha pasado desde hace siglos en todo tipo de expresión y seguirá pasando. Es mi opinión, por supuesto.

J.: A principio de los dos mil hubo una especie de boom en la práctica de fotografía documental, por lo menos en España, creo que se juntaron varios factores a la vez. Se empezó a tener acceso a vuelos baratos, la fotografía se volvió más fácil con la tecnología digital, la industria fotográfica incrementó su propaganda, los españoles nos familiarizamos con la existencia de ONG que realizan labores sociales en España y el extranjero. Y a todo eso se suma que nuestra generación tiene más ganas de ver mundo y vivir una ilusión de aventuras de las que tuvieron nuestros padres, ya sea porque no pudieron o no quisieron. Una manera de ver mundo puede ser fotografiándolo, y sospecho que cuando una sociedad se acomoda económicamente se acerca de puntillas a otras sociedades menos acomodadas a ver como es ese «otro mundo». Sin mencionar la influencia del famoso documental War photographer.

Me da la impresión de que la situación económica establecida en 2008 ha cambiado todo esto. Esa práctica documental no remunerada por casi ningún medio periodístico estaba justificada casi siempre por el sentido de aventura personal, pero ahora la gente joven se tiene que preocupar de empezar a buscar la vida antes. ¿Piensas algo parecido? ¿Has notado esos cambios?

G.: Creo que con respecto a viajar somos una generación privilegiada, porque desde hace no tanto pocas personas podían costearlo por lo que comentas, el precio, y no solo me refiero a la fotografía. También los medios crecieron, la llegada de Internet, y el miedo viajar hacia algo desconocido, fue desapareciendo, al menos es lo que observé entre amigos y amigas de mi alrededor, personas de todos los gremios, porque nosotros somos uno más. Pero, aplicado a la fotografía, ese boom opino que tiene mucho que ver con esto, porque también hay otras profesiones que abrieron fronteras paralelamente.

El tema económico afectó a todos, pero sobre todo a los que pagan, porque toda crisis es provocada para beneficiarse por quienes mandan, y en la fotografía también pasa, por supuesto.

«La sensibilidad no tiene nada que ver con donde estás, el viaje por muchos kilómetros que hagas siempre es más por dentro que por fuera, es una especie de encuentro entre ambos.»

Aún así son muchas las personas que salieron con sus cámara a retratar el mundo, arriesgando y haciendo trabajos increíbles, trabajos de los que nos alimentamos todos. Personalmente lo noté mucho, pero eso también hizo corregir errores para encontrar aciertos, quiero decir que me fijé mucho más en mi alrededor, y comprendí que el mundo está en todas partes, y cada vez que viajo y convivo en otras culturas, me reafirmo más.

El mundo es un único hogar, y las personas, sin haber dos iguales, son vecinas, y una especie de tantas, al menos para mí. La sensibilidad no tiene nada que ver con donde estás, el viaje por muchos kilómetros que hagas siempre es más por dentro que por fuera, es una especie de encuentro entre ambos. Dicho de otra manera más fotográfica, un fotógrafo no destaca o desarrolla por donde está, destaca por como ve, y ver es el resultado de lo que eres. Es mi experiencia de vida, cada una tendrá la suya, lógicamente, llevo mucho tiempo intentando liberarme de una educación que todos sufrimos que es la de las de metas, de objetivos, de intentar destacar… para sustituirlo por el disfrutar lo que hago, conocer gente, lugares, empaparme de lo que me rodea sin importar donde, porque también lo hago en mi casa, y no hablo solo de fotografía, porque es muy importante escuchar y observar a personas de otros gremios, todo enriquece y da perspectiva.

J.: Después de ese bajón en la fotografía documental he notado un incremento en el uso de la fotografía como modo de expresión más personal y más artística. Siempre la ha habido pero ahora da la impresión de que está más presente. El auge de los fotolibros auto editados y la oferta de cursos de fotografía van más por ese lado. Creo que a día de hoy, puede que me equivoque, pero sólo tú y Delmi Álvarez seguís practicando fotografía de reportaje con un carácter, no sé si dicho correctamente, humanitario ¿En alguna ocasión has tenido que dejar por un tiempo de lado la fotografía documental por cuestiones de higiene mental? o ¿Alguna vez te has dicho: «Aquí lo dejo, esto es muy duro»?

'Novia'
'Vida'

G.: Por supuesto, de hecho lo he dejado durante temporadas, y en una casi no vuelvo, no lo sentía, me encontraba con muchas dudas sobre lo que hacía, experiencias vividas con personas que sufren mucho por solo nacer en un lugar, éticamente me tiene pasado mucha factura, aún hoy. Ver y tocar cosas que nunca entenderé, y sobre todo las vueltas, para mí es muy duro volver de un lugar donde dejas atrás personas en condiciones terribles que se convirtieron en amigas, personas que no tienen fuerzas para rendirse, y por la educación recibida ver como en dos días ya estoy preocupándome por temas que sí tienen solución, o no son ni de lejos para preocuparse como lo hacemos en occidente. Tengo llorado mucho, soy muy llorón, pero nunca delante de estas personas, por pena, me parece una falta de respeto, tengo llorado mucho cuando edito, cuando me enfrento a los recuerdos en forma de fotografías en mi casa, cómodamente, enfrentarme a fotografías que para mi son sentimientos.

De hecho el año pasado, decidí no hacer un viaje de un mes o dos, viví y pienso continuar cuando pueda económicamente, en una zona muy dura del interior de Guinea Bissau y otros países fronterizos, con muchas enfermedades, sin agua, ni luz… para entender las personas que retrato, lo más cercano a ser uno más, aunque es imposible porque en el fondo sabes que puedes volver, ellos no. Pero al menos te puedo asegurar que aprendo de ellos y de mí lo que nunca antes podía imaginar, entendí muchas cosas que retrataba, y también muchas cosas de por que las retrataba. Siento que a veces es necesario parar para seguir. Lo que ocurre es que siempre vuelvo, porque no se hacer otra cosa, es mi único oficio y sobre todo, mi forma de vida.

Sobre la fotografía documental creo que se puede hacer donde vives, donde tienes tu casa, no solo quedamos dos fotógrafos documentalistas, de hecho yo ni me considero así, no sabría definirme, porque me alimento continuamente de todo como te dije, desde otras disciplinas hasta de fotógrafos como Chema Madoz, que aparentemente no tienen nada que ver con lo que yo hago y para mi sí porque me influye y aprendo de él una barbaridad.

Creo que hay muchos fotógrafos aportando mucho en muchos rincones cercanos, el documentalismo no es cuestión de donde, si no de como, como dije antes no quiero caer en valorar más lo que se hace fuera. Como ejemplo llevo muchos años trabajando en poblados gitanos en Galicia y todavía siento que me queda mucho por aprender de ellos para poder reflejarlo, de hecho nunca lo enseñé en un lugar público. Lo que ocurre es que los últimos años pasé muchos meses fuera, en otros lugares, con otros vecinos.

Pero, sí es verdad que ahora no hay medios que paguen por realizar estos trabajos fuera, se mal compran por Internet, y cuando pagan es terrible, pero no sólo medios, la gente en general, porque por un trabajo comercial de un día te pueden pagar más que lo que puedas conseguir en un mes trabajando en un país con muchos riesgos. O por no decir que una persona ve bien darte dos mil euros por una boda, pero ve mal cobrar la mitad por unas fotografías realizadas a miles de kilómetros y de más calidad. Así es la sociedad actual, que para mi tiene una falta de valores terrible, no sólo en la fotografía. No puedo evitar decir que un chaval de 20 años gana una millonada por darle patadas a una pelota, además de nombrarlo un «héroe» cuando lo que están haciendo alrededor de su figura es negocio puro, y una médico que puede salvarte la vida a lo mejor no tiene trabajo y esto, también se refleja en la fotografía.

J.: La prensa ya no se interesa por la fotografía documental como lo hacía en el pasado, en Galicia sólo existe una cabecera en papel donde se puede publicar de forma remunerada, pero por un precio ridículo, el trabajo como el que tú haces ¿practicas fotografía comercial para poder sustentar tu estilo de vida?

«la última vez que vine de un viaje, llegaba después de vivir durante muchos meses en una zona muy árida, lloré de emoción al sentarme junto al mar… »

G.: En mi caso, desde hace mucho tiempo nadie me encarga un trabajo de carácter comercial, y como bien dices lo que te ofrecen para publicar en algunos medios es ridículo. Voy tirando con algún libro, vendiendo algunas fotos, realizando exposiciones, charlas… como todo el mundo, y te puedo asegurar que económicamente no compensa, porque como ejemplo, la última exposición que realicé junté 25 años de trabajo, produje unas 70 fotografías para la muestra, de alta calidad, realizadas en más de 40 países, imagínate si junto y sumo los gastos que tuve para realizar esas fotos… Pero es una decisión, hasta ahora no tengo hijos, entonces hace que toda mi vida sea una, arriesgando mucho a cambio de lo aprendido, lo cobrado no es sólo dinero, hay momentos muy duros y otros que lo compensan todo, para mí eso es sentir la vida. Estando fuera, al igual que aquí, valoro mucho las pequeñas cosas, cada vez más, aprendí de muchas personas que carecen, que ser rico es disfrutar, no tener. Por ejemplo, me encanta pescar, leer en la playa, tocar la guitarra, caminar o sentarme frente al mar… de hecho, la última vez que vine de un viaje, llegaba después de vivir durante muchos meses en una zona muy árida, lloré de emoción al sentarme junto al mar, ¿eso cuanto vale?.

Además desde hace años cuando viajo no solo trabajo con la cámara, porque desde hace casi 10 años tengo una Asociación con la que trabajé en muchos países con personas que viven con muchos problemas, y eso también me lleva mucho tiempo, creo que más incluso que la fotografía, al menos últimamente, y al tiempo alimenta mucho tu mirada a través de los encuentros, todo alimenta. Este es un trabajo personal que no lo muestro nunca públicamente, pero si el que realiza la Asociación porque se alimenta de apoyos de la gente, soy muy reacio a mostrar lo que hago en mi vida personal aunque esté muy de moda, valoro mucho el derecho a la intimidad.

J.: Volviendo al tema de la situación de la prensa, hace tiempo que creo que si un fotógrafo o grupo de fotógrafos quiere ver un medio decente en Galicia para sus trabajos deben crearlo ellos mismos. Tal y como lo veo, la única solución para que exista una revista digital, o en papel, con trabajos de fotografía serios, extensos y una edición como se merece, pasa por que la persona que eche de menos ese medio lo cree, es difícil por un lado pero no imposible ya que por otro lado el terreno está virgen. Con buenos textos de investigación e ilustraciones para donde la foto no llega, como por ejemplo eventos históricos. Todo remunerado, no altamente remunerado ya que la tirada a nivel de Galicia es mucho más pequeña que una tirada nacional. Esto está funcionando desde hace años con diversos medios digitales locales de prensa diaria, en ellos la fotografía es igual que en cualquier otra prensa diaria gallega pero al menos esa gente está demostrando que hay espacio para su periodismo. ¿Qué crees tu? ¿Alguna vez te ha tentado la idea de crear algo similar?

G.: La verdad es que hace años sí, he organizado algunas jornadas con grandes fotógrafos y fotógrafas, y he aprendido mucho de ellos, al tiempo que he conocido mucha gente con trabajos muy interesantes de los que aprender, pero creo que lo comercial siempre se va a imponer a lo real, la cantidad manda sobre la calidad. Y no hablo de mí, hablo de todas las personas que conocí, y esto pasa en todo aquello que exprese, como la música, la pintura… cualquier medio de expresión… Quizá esto y, el desgaste del tiempo, porque este estilo de vida trabajando en lugares con problemas aunque no lo cambio por nada, te pasa mucha factura emocional, esa emoción que cuando deje de sentirla será el momento de dejarlo, a mi me limita a nivel energía, y como te dije antes ya trabajo en equipo con personas de otras profesiones pero con objetivos comunes. Supongo que también hace que esta parte la sienta completa de alguna manera. Además, vivimos en una sociedad cada vez más individualista, es muy complicado hacer algo así, hay que tener toda tu energía volcada en un proyecto así, y yo ahora me encuentro en otro camino en la vida.

J.: En 2012 formaste la asociación Causas Comúns, con ella lleváis a cabo labores sociales tanto en Galicia como en el extranjero, especialmente en África, si no me equivoco. Háblanos un poco del recorrido de la asociación, de lo que estáis haciendo, de lo que tenéis pensado hacer y de cuales son tus funciones en ella.

'Paseo'

G.: La Asociación nació para darle continuidad y forma más oficial a un colectivo que ya formara en 2007 en A Coruña llamado Mondelivre. Desde entonces hemos trabajado en Galicia, sobre todo con migración, y en muchos países del mundo, principalmente en temas migratorios, porque lo engloba todo, desde el origen hasta los lugares de llegada donde siguen teniendo muchos problemas. Lo que realizamos hasta ahora es ayuda en terreno como alimento, ropa, medicación, visibilizar a través de muestras y libros, formaciones de fotografía… pero sobre todo estar con esas personas para intentar animarlas y levantar la autoestima, algo que todas las personas necesitamos.

Actualmente estamos trabajando con personas locales en Guinea Bissau, sobre todo en temas socioculturales. Tenemos dos escuelas en poblados donde las personas no saben leer, estamos ayudando a formar la primera escuela de música del interior del país, realizamos exposiciones y charlas con fotografías que realicé en muchos lugares que muestran los peligros de la migración clandestina, más personalmente trabajé en temas como la mutilación genital en niñas, una práctica cultural terrible que poco a poco llegamos a través de personas locales para que entiendan que hay que dejar de realizarla, y algunas cosas más como tema alimento e higiene, pero sobre todo, lo mas importante es que son las personas locales las responsables de lo que allí se hace, intentamos huir del protagonismo occidental todo lo posible, nos consideramos todos una.

Desde España, somos un equipo muy pequeño de diferentes gremios, algo muy importante a la hora de aportar y sumar ideas. Sobre mis funciones, pues es estar en terreno el máximo tiempo posible, aportar ideas conociendo las posibilidades reales, realizar algunas formaciones, visibilizar y enseñar a hacerlo a través de ellas, por supuesto.

J.: Me has dicho que antes de crear Causas Comúns echaste un vistazo a todas las ONG que te rodeaban y que no te convenció lo que viste ¿Háblanos de esa experiencia?

G.: La verdad es que no me convenció, mi experiencia no ha sido muy agradable, conocí personas muy interesantes, pero las ONG como grupo… hay un cieto paralelismo en lo que hablábamos antes con la prensa. Me refiero a que se pone por delante la manera de conseguir que la de hacer, es muy comercial a cualquier precio, y pienso que una persona es un mundo y si quieres trabajar con ella hay que respetarla. Nunca aceptaré que George Cloney, o cualquier famoso sea la imagen de un pobre, entiendo pero no lo acepto.

Creo que lo que pienso es algo imposible de realizar porque está establecido, habría que educar a todo el mundo, pero mientras valoremos más a las personas por lo que tienen que por lo que hacen, es imposible, y en este mundo de las ONG influye mucho también. Demasiadas escuelas sin educación y pozos de agua sin agua para la foto, por ahí no pasamos, intentamos tener poco discurso y mostrar más hechos. Estamos en el mundo del selfie, y sabemos lo que vende, pero la verdad es otra cosa, y eso solo se ve cuando una persona mejora su calidad de vida.

De hecho, nuestro proyecto actual se llama Utopía, lo más real posible, sin promesas y haciendo públicos los errores para aprender de ellos, e intentando disfrutar del camino, sin más. Para nosotros es mucho lo que sentimos, y cuando digo nosotros, incluyo a las personas de España y Guinea, y otros países de otras culturas que también están, somos una pequeña gran familia con pocos recursos pero muy rica en otras cosas.

J.: ¿Por eso, para tu asociación, te has rodeado sólo de gente que ya conocías y que era de confianza para ti? Yo soy partidario de que si uno se asocia con gente para hacer algo, más vale que sea con gente seria de confianza en lugar de los mayores expertos del tema y desconocidos de uno mismo. No hay nada que no se pueda aprender y muchas veces la palabra experto conlleva egoísmo y narcisismo, que crea y hacer crecer, esa categoría de experto.

«… trabajar conmigo no debe de ser fácil porque estoy muy acostumbrado a la soledad desde pequeño y eso crea costumbres, pero me atrevo a decir que estoy mejorando, al menos así me lo hacen sentir, y también lo siento.»

G.: Totalmente de acuerdo, mi experiencia también me lo dice. Pero el equipo del que hablo cuando digo de confianza va apareciendo por el camino, de hecho algunas personas más cercanas que intentaron sumarse fueron separándose por exceso de confianza o protagonismos. Y haciendo autocrítica, yo mismo he notado en los últimos tres o cuatro años como aprendí a confiar más en ciertas personas que antes no, trabajar conmigo no debe de ser fácil porque estoy muy acostumbrado a la soledad desde pequeño y eso crea costumbres, pero me atrevo a decir que estoy mejorando, al menos así me lo hacen sentir, y también lo siento. Pero no creo que haya una fórmula, lo que sí creo es que somos lo que hacemos, no lo que decimos que hacemos, seamos conocidos o no.

J.: ¿Hablas algún idioma aparte del Gallego y Castellano? ¿Cómo te comunicas con la gente en lugares como Indonesia o Senegal?

G.: Me defiendo en inglés, últimamente le di un fuerte empujón, era y aún es uno de mis muchos complejos. Pero también creo en un idioma universal, el del respeto para entender por que, y ese creo que lo tengo, al menos mi experiencia en tantos sitios me lo ha dado.

J.: Una vez una persona me contó la siguiente historia: él y un amigo consiguieron mucho material deportivo a través de donaciones, creo recordar que era equipación nueva para fútbol. Tenían tanto como para necesitar un contenedor marítimo pequeño para transportarlo. Estas dos personas quisieron llevar esa equipación a Marruecos para dársela a niños necesitados, pero no pudieron, se entendía que su movimiento de mercancías era una importación así que tenían que pagar unos impuestos que hacían inviable la operación, creo que salía más o menos igual de caro comprar ese material nuevo en Marruecos. Algunas veces uno se siente frustrado cuando descubre que ciertos problemas se generan por exceso de burocracia o incompetencia más que por mala voluntad ¿Habéis vivido vosotros alguna situación parecida?

G.: Mil veces, ese error es muy habitual, al igual que otros muchos, de eso se trata , de ir aprendiendo de ellos. Por eso ahora en este proyecto actual producimos con lo de allí para allí y desde aquí con lo de aquí, y después intentamos unirlo, somos una.

J.: Has estado representado por una galería estadounidense durante unos años ¿Cómo llegaste allí y cómo fue tu experiencia?

G.: Pues fue un poco película, entonces era muy joven y mi pareja de entonces tenía una amiga en Chicago. Me llamaba mucho la atención conocer esa sociedad y aproveché que me invitó a su casa. Pero antes de salir, decidí llevar una carpeta con fotografías en 30 x 20 cm, aún no había Internet. Fui con fotografías con un estilo que son muy de mi origen, lo que realmente soy porque siempre digo que me enseñó a ver mi abuelo, que era pintor. Viajé con fotografías bajo el brazo para las que había usado mucho el movimiento, desenfoque… muy pictóricas, y me puse a visitar Galerías con ellas. Todas me decían que no, pero justo la última que entré porque así decidiera, que sería la última en entrar, me dijo que era lo que estaba buscando. Por eso digo que fue un poco película, pero así fue, me sentí muy emigrante gallego buscando trabajo.

La experiencia fueron cinco años de representación muy buenos, nunca más vendí fotos tan caras, ahora me resulta imposible, y la verdad, que dejé de trabajar con galerías por dejadez, y fata de experiencia, de constancia. Pero también porque también aparecieron otros valores en la vida, menos mediáticos pero con otras satisfacciones. No me arrepiento, la vida es un poco probar todo, de hecho, aspiro algún día a no ser fotógrafo público, creo que la vida está llena de cosas para saborear y no solo quiero ser fotógrafo, también quiero aprender a realizar fotos y disfrutarlas, saborearlas sin enseñar, cada vez lo hago más.

De hecho lo hablado antes de la asociación, creo que en cierta manera me está preparando.

J.: ¿Te ha representado o te está representando alguna galería gallega?

G.: No me representa ninguna ni me representó, solo puntualmente alguna vez, y la verdad, el resultado no fue muy rentable.

J.: ¿Lo ves posible en un futuro?

G.: No tengo respuesta, yo voy día a día, pero lo que sí observo en Galicia, es que todavía hay mucha diferencia con respecto a otros países a la hora de valorar la fotografía en galería.

J.: Te saco el mismo tema que le saqué a Manuel Sendón. En algunos países como USA un fotógrafo de reportaje social puede vender una fotografía para colgar en una casa. Sin embargo aquí no pasa eso, aquí o eres vanguardia artística o eres residuo. Este no es un discurso sólo mío, lo es de más gente, incluido un Premio Nacional de Fotografía. Me gustaría que me dijeses si piensas lo mismo y las razones de por qué crees que es o no es así.

G.: Totalmente de acuerdo, sería muy complicado que naciese desde aquí un nuevo Sebastiao Salgado. Pero no nos confundamos, Sebastiao también tuvo que emigrar para crecer, es más, opino que convirtió un problema en una oportunidad. En todas partes hay problemas culturales, por eso siempre digo que lo más importante que tiene un ser humano son las ideas. Además, ahora que es todo tan global, confío en que lo bueno se coloque, con el tiempo sea, de donde sea, y del estilo que sea.

J.: Tu actividad no se limita a la fotografía documental, también has hecho cosas con tus fotografías como exponerlas en el monte o debajo del mar, con alguno de tus trabajos cruzas la línea entre exposición e instalación.

G.: Sí, para mi es como darle un marco a las imágenes que salieron de tus sentimientos, me siento muy cómo haciéndolo. Es un clásico escuchar «la calle es una gran galería», vale, está bien, pero creo que no es poner por poner, para mí es más completar, acabar, sumar, por ejemplo, expuse debajo del mar fotos de migración porque es donde acaban muchas personas, por desgracia. Es lo que siento al hacer este tipo de acciones que están muy influenciadas por otras artes.

J.: También has dirigido una performance titulada Amnesia. Háblanos de ella y cuéntanos la experiencia.

G.: Pues fue muy enriquecedora, la realicé con Mónica García y Manuel Cortés, dos reconocidos actores gallegos y amigos del momento. Trató de que anunciara que la inauguración de un restaurante que montaba en plena crisis económica en Ourense, y hubo gente que se lo creía, de hecho muchas personas me criticaron muy duramente sin saber que iba a pasar, algo que por desgracia ocurre demasiado desde los tiempos de Internet, los indignados online y sus protagonismos. Lo que pasó fue, que era una exposición de retratos de niñas realizados en países de África, y los expuse dentro de los platos. Esta fue una idea que nació de un tópico que me tenía agotado, ese que es cuando la tele te pone mientras comes tantas imágenes sin cuidado, sin filtro de ética, sin respeto… sobre el hambre en África, algo tan habitual que la gente ya se hizo insensible y continúa comiendo, es mi opinión. Mónica y Manuel hacían de camareros en la performance y prepararon una interpretación muy buena con esta temática cara el público, son dos grandes profesionales reconocidos con mucho talento. También preparara una carta con un menú de primeros y segundos platos como por ejemplo, sopa de conciencia.

Cartel de la exposición 'Soños afundidos' en Ferrol, A Coruña

Imagínate la cara de mucha gente, sobre todo aquellas personas que tanto hablaron y criticaran antes. Pero lo más importante para mí fue la demostración de que todas las artes se alimentan unas de otras, algo que pienso desde siempre, todas sumamos.

J.: Cuando estudiaba Bellas Artes mi profesor de pintura de segundo curso me dijo que si me interesaba aprender a pintar hiperrealista él me explicaría la técnica. Recuerdo que me dijo: «Si te lo tomas en serio varias horas al día, como un trabajo, en cuatro meses estarás pintando hiperrealista». Él ha visitado casi todos los estudios de los pintores realistas famosos de España y me aseguró que todos o casi todos pintan sobre lienzo emulsionado fotográficamente. Tú también haces algo parecido, pintas de forma expresiva encima de tus fotografías, las tienes a la venta en tu web y las ofertas montadas con paspartú y marco de madera. ¿Es esta una nueva faceta tuya o ya pintabas antes?

G.: Bueno, hablar de pintura me da pánico, me considero bastante ignorante. Lo único que te puedo decir es lo que siento al hacerlo, mi abuelo de pequeño me explicó un día que el sentimiento estaba en el boceto, y eso creo que lo tengo en la foto. Después el darle color con pincel me supone un tocarla, sentirla más, me ayuda a reflexionar porque siempre he sido un poco impulsivo. Pinté, lo dejé, y he vuelto, lo hago sin pretensiones, como intento hacer todo, lo hago por la necesidad de sentirlo, y en esto como en todo es un aprendizaje continuo, pero en esta faceta me considero muy principiante. Un sentimiento que creo que no deberíamos de perder, para mi es básico, el día que crea que sepa hacer algo de verdad, entonces es el momento de dejarlo, sea lo que sea.

J.: Es curioso, creo que en términos generales, la fotografía nunca ha estado tan cerca de la pintura como ahora, la fotos que se venden en las galerías parecen una imitación de la pintura, desde los fotógrafos que crean escenografías, pasando por los que fotografían ciertos lugares de forma totalmente frontal y pictórica hasta los retratistas. Dentro del documentalismo fotógrafos como Paolo Pellegrin y Antoine D´agata «pusieron muy de moda» la tendencia de falsa informalidad y espontaneidad desenfocando, moviendo y oscureciendo las escenas, fijándose, creo yo, en la pintura expresiva. Tú también has fotografiado de una manera parecida porque según tú es algo normal para ti debido a tu bagaje creciendo entre pintores. Sin embargo, como documentalista, parece que las tendencias te dan igual, pintas tus fotos para crear escenas expresivas pero cuando nos presentas una foto sigue siendo un encuadre limpio y clásico, noticioso más que pictórico.

G.: Bueno, antes expliqué como llegué a Chicago, con fotos muy pictóricas salidas de cámara, y era lo que querían de mi entonces. Esto fue hace casi 20 años, cuando no conocíamos ni la milésima parte de que lo que ahora con Internet y tantos libros, al menos yo. Yo no sabía ni quien era D´agata o Pellegrin, ahora ¿quien no lo sabe?.

Este estilo me salió porque hablara con mi abuelo y su hijo, que también es mi padrino, para hacer una exposición conjunta que titulamos Tres Xeracions. Mi abuelo era paisajista, y mi tío es más complejo, abarca más la figura humana dentro del paisaje, así que yo me dije «tengo que hacer algo coherente con ellos para que la muestra sea lo más compacta posible», así empecé a investigar con la mirada. Y la verdad, creo que lo que salió es lo más del interior que tengo, aunque intento que alimente lo que hago actualmente, soy el mismo. De hecho, nunca dejé de hacerlo, pero desde entonces nunca más lo enseñé en terreno gallego o español, solo en aquella exposición colectiva que me hiciera muchísima ilusión, de hecho, nunca hice nada a titulo individual con esto aquí. Además, mi abuelo falleció realizando el catálogo, y pasó a ser un homenaje a el. Una de las cosas que más me marcó en mi vida como fotógrafo.

Cartel de la exposición de Gabriel con su tío y su abuelo 'Tres xeracións'

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J.: ¿Qué tipo de cámaras y lentes te gusta usar cuando haces reportajes? ¿Cuales son tus distancias focales preferidas?

G.: Estuve muchos años con 28/85 mm por comodidad, pero ahora trabajo casi siempre con un 28 y un 50 mm de lente fija, aunque también llevo un 80/200 porque inevitablemente te resuelve alguna situación, pero casi nunca lo utilizo, de hecho, muchas veces ni lo llevo conmigo.

«Para mí la fotografía desde el antes del disparo hasta el final es, en un 80% o más, intuición. Quizá por ello las reglas no las llevo muy bien, además de que creo que están para romperlas de alguna forma y aprender de ello probando, si no, siempre todos haríamos lo mismo.»

J.: ¿Decides antes o después de la toma que determinado trabajo, o determinada foto, van a ser en blanco y negro o color? ¿Qué te hace decidir por uno o por otro? ¿y por qué combinas ambos en ciertos trabajos?

G.: Hay personas que me dicen que usar el color y b/n juntos es un error muy grave de edición, puede que lo sea, pero no lo siento, porque precisamente parto de la base que fotografío cuando siento, y esa es mi edición principal. El hacerlas en color o banco y negro, generalmente lo veo antes, por el motivo, las formas, los fondos, y sobre todo la luz, para mi es muy diferente ver en color o en b/n, y por supuesto, hay una parte importante de intuición. Para mí la fotografía desde el antes del disparo hasta el final es, en un 80% o más, intuición. Quizá por ello las reglas no las llevo muy bien, además de que creo que están para romperlas de alguna forma y aprender de ello probando, si no, siempre todos haríamos lo mismo. Mira Camarón, le devolvían los discos que le compraban…. No me gustan las modas, me dejo llevar mucho más por sentimientos.

J.: Todos tenemos ego, nadie está exento, no tiene nada de malo si se le controla, a todos nos intenta ganar la batalla cada vez que ve la ocasión. Se suele contentar cuando nos promocionamos, la promoción es algo inherente a cualquier autor. Me da la impresión de que tú no te promocionas mucho como fotógrafo documental, lo más mediático que he visto de tu obra han sido ciertas exposiciones de carácter más artístico (por diferenciarlo rápido de alguna manera). Ya dije antes que la mayoría de tus encuadres son sencillos, sin pirotecnia, y todos estos datos juntos me hace pensar que tienes un látigo de cinco puntas para impedir que el ego te domine como fotógrafo. Esto, unido a que tu carrera va cumpliendo ya un número de años, tengo la impresión de que el que quiera conocer a un fotógrafo de carácter humanitario en Galicia coherente entre discurso y actitud puede llamar a tu puerta.

G.: Uf, Jose, no me voy a autodefinir, pero sí me gustaría ser más lo que hago que lo que digo, en eso ando. Mi opinión sobre el ego es que sin él no vives, pero no solo en la fotografía, en la vida en general, pero otra cosa es decir que «tú eres» o «no eres», yo creo que eso no lo puede decir uno, solo el tiempo. Como te dije antes, tuve muchos problemas de pequeño, estos me incrustaron muchos complejos que aún sufro, y por lo que sea me decían diariamente muchas veces que no valía para nada, esto fue muy peligroso porque tiré de orgullo para demostrarle a esa persona que sería alguien. Me equivocaba por completo, con los años aprendí que querer ser alguien es dejar de ser tú mismo, y lo único que vale en la vida es aprender de los errores, si tengo un objetivo en ella es ser lo más feliz posible sabiendo lo que es la tristeza, y más después de conocer a tantas personas que no tienen ninguna oportunidad. No vale la pena perder la energía en querer ser, porque todos somos.

J.: Has cubierto crisis de refugiados en distintos lugares de Europa ¿Crees que, en general, a la Comunidad Europea le interesa acogerlos? Existen distintas posturas dentro de la UE ¿Donde han sido sacadas estas fotos?

G.: Sí, llevo años con este tema, y creo que estas personas son la moneda de cambio de nuestra política exterior. La solución no es acogerlos, la solución es dejar de machacar sus países y culturas, así ya no habría refugiados, porque no conozco a nadie que le guste hacer este terrible viaje, o dejar atrás su casa por placer. El año pasado fui invitado a hablar y exponer en el Parlamento Europeo y en Bruselas, y sí creo que hay diferentes posturas, pero los que mandan siempre son los mismos. Las migraciones forzadas, son el reflejo de un negocio muy sucio, porque se le llama invasor a la víctima, y se lo llaman los invasores reales porque funciona, es algo muy antiguo.

Estas fotografías están hechas en Serbia, Grecia, Macedonia, Libia, Croacia y Francia.

J.: ¿Has publicado los trabajos de los refugiados en prensa diaria? ¿Y en prensa no diaria en formato de reportaje?

G.: Un par de veces, muy puntual, de hecho la última fue hace tres años en formato reportaje, interesa poco, y es muy difícil porque están las agencias diarias, y con muy buenos fotógrafos. Además, creo que mi manera de trabajar es poco vendible para la prensa, quieren todo al momento y así no sé trabajar, o al menos esto me parece.

J.: ¿Eso no te genera frustración? Es una situación parecida a cuando en una conversación alguien dice lo típico de: «Sí claro, pero eso ya lo hizo Natchwey» o «Pero es que la guerra ya no impresiona a nadie, ya sabemos todos lo mal que está el mundo» Una vez le contesté a un editor de fotografía algo como: «Si Natchwey lo ha fotografiado supongo que el mundo ya se puede olvidar de ese tema, ¿cuando os daréis cuenta de que el documentalista no fotografía para innovar en el lenguaje?, lo hace para dar a ver un asunto, y algunos asuntos se perpetúan en la historia». Me imagino a más de uno diciéndote: «Tus fotos de los niños en escuelas de África son preciosas, tienen una luz como las de Salgado pero no nos interesa porque ya se han publicado muchas veces».

G.: La verdad es que ya hace tiempo que no atiendo mucho esas frases, he escuchado de todo, y curiosamente de quien no te conoce casi siempre, y aún así lo respeto porque además es inevitable, pero si es gratuito no atiendo. Supongo que la edad te hace relativizar, es demasiada la energía y emoción que meto en estos temas como para perderla tan gratuitamente, no son constructivas.

A quien sí atiendo es a Natchwey o a Sebastiao cuando hablan, sobre todo con el trabajo, al igual que otras personas como ellos de las que tanto se aprende. Tuve la suerte de trabajar cerca de Nachtwey en un par de ocasiones, y te puedo asegurar que escuchara cosas de él que al conocerlo personalmente no se acerca ni de lejos a lo que realmente es, un pedazo de fotógrafo que proviene de una persona muy comprometida, sin alardes. No me imagino a James o a Salgado preocupados por estos temas cuando comenzaban, porque siempre hubo este tipo de comentarios y siempre los habrá, están realmente preocupados y comprometidos en lo que hacen, eso sí lo vi. Y sobra decir, que por suerte todos somos diferentes y tenemos caminos diferentes, porque los motivos son de cada uno.

Con respecto a si escuché de algún medio o editor eso de que parecen a tal autor o a otro, claro que sí, pero es imposible evitarlo, de hecho, una vez presentara un trabajo en un sitio que no me conocían personalmente, con otro nombre, y me dijeron que se parecían a las mías, imagínate.

Esto de la autoría es cuestión de tiempo, y yo, me considero muy sencillo a la hora de trabajar con la cámara, como decías tú antes.

'Escuela de valores'

Cada vez me frustra menos no publicarlos en medios, porque he trabajado en ellos y sé lo que quieren, además lo que te ofrecen económicamente es cada vez más insultante.

J.: Respecto a la prensa, existe un tema del que estoy seguro que la mayoría de españoles carecemos de información objetiva para juzgar, me refiero a la situación de Venezuela, yo al menos no me fío de nada de lo que escucho sobre ese país porque como sabes la información sobre ese tema está muy politizada. ¿Puedes arrojarnos alguna luz de lo que está pasando en Venezuela?

'Protección'. Frontera con Venezuela. Colombia, Cucuta. 16-03-2019.
'Cosas del hogar'. Frontera con Venezuela. Colombia, Cucuta. 16-03-2019.

G.: Pues no me considero un experto de lo que allí pasa, pero el tiempo que traté ese tema, te puedo asegurar que cuando llegué lo que había leído anteriormente era todo al revés, una vez más es desviar la verdad a través de los medios para seguir robando. Es más de lo mismo desde hace tantos años, y quien sale perdiendo una vez más, el pueblo. Si no hubiese petróleo, no habría esta pelea de los grandes países autollamados democráticos que dicen que están representados políticamente, como siempre. Una vez más, se culpa a la víctima, una estrategia muy antigua y eficaz.

«Para mí ahora la política es un negocio, un puesto de trabajo privilegiado que maneja la sociedad, no un servicio al pueblo.»

J.: ¿A qué te refieres cuando dices que lo que te encontraste era al revés de lo que habías leído? ¿Crees que USA está boicoteando la vida cotidiana en Venezuela para presentar al gobierno como criminal?

G.: Algo más que boicoteando, están utilizando las vidas de muchas personas en beneficio de unos pocos que se dicen a sí mismos que están para solucionar. Creo que los gobiernos se compran entre sí, al igual que los gobiernos europeos hacen con los africanos, o Rusia con Siria… de la ideología que sea según interese, y al final quien sale perdiendo son las familias, como siempre. Para mí ahora la política es un negocio, un puesto de trabajo privilegiado que maneja la sociedad, no un servicio al pueblo.

J.: Has estado en un lugar, que por alguna razón que desconozco, me llama mucho la atención, se trata de Indonesia, parece que en este viaje, como en otros, has ido al lugar a cubrir un evento actual. ¿No te has planteado trabajar en exclusiva para alguna entidad como Reuters o quizá ya le vendes fotos a EFE cuando estás en esos lugares?

G.: Pues curiosamente esta fue la única cobertura que la realicé para una agencia, EFE, y te puedo asegurar que, lo cobrado no me llegó ni para el billete de ida. Además, aún era muy inexperto, y las prisas que me metía la agencia por enviar, en un lugar que estaba todo destrozado, me hizo perder mucho tiempo, conocer historias de personas, entender más sus problemas… eso hizo que cada vez más cambiara mi forma de trabajar, y los soportes donde presentarlos.

J.: De tus fotos hechas en Galicia hay una que me llama mucho la atención, me refiero a la de una vecina tuya posando para ti en el portal de la finca de su casa. Me encanta. En una parroquia cualquiera de Galicia, esta señora nos muestra todo el terreno de su vivienda y al fondo se ve la misma. La casa es amplia, está en buen estado, por el diseño parece hecha cuando ella estaba en sus veinte o treinta. No mucha gente de mi generación podrá mostrar una casa construida por ellos mismos cuando tengan su edad. Por su físico, peinado y elegancia me recuerda a Agatha, un personaje de una serie de televisión mítica de la Tvg.

'Veciña'. Pueblo de Cobas, Ferrol. 03-04-2011.

G.: Este retrato nace de un trabajo que hice en el pueblo donde me crié, en Cabo Prior, cerca de Ferrol. Lo principal de mi infancia fue allí, yo era un poco el niño del pueblo, mis abuelos tenían una casa, y mi padre falleció cuando era pequeño y eso siempre estuvo presente dentro de mi, aunque no lo dijese. El trabajo que realicé fue 25 años después, llamando a la puertas de estas personas para retratarlas, lo titulé Vecinos, con el objetivo de realizar una exposición que se inauguró en el propio pueblo, con orquesta, mejillones como se hacen las fiestas en los pueblos. Supongo que también hay mucho de la influencia de Virxilio Vieitez y similares, fotógrafos locales con trabajos universales.

Era un homenaje a todas estas personas que me educaron, y poco después empezaron a fallecer, de hecho creo que actualmente de los 20 retratos quedan seis personas.

De pequeño era muy inquieto y travieso, me metía por todas partes, y estas personas me llevaron a sacar las vacas, me enseñaron a entender el mar, a pescar con red y nasas… me enseñaron el valor de la vida.

Este retrato concreto, es el de una mujer que era la lechera del pueblo, y cuando le propuse el retrato me dijo que tenía que arreglarse, aunque ella era igualmente elegante. Con su gesto me recordó algo muy importante que se está perdiendo en la fotografía, me ayudó a crear la importancia de un buen recuerdo desde el encuentro.

Y sobre la casa, así es, son casas construidas a mano, con ayuda vecinal, algo que se ha perdido, pero que allí aprendí, de hecho la mía está reconstruida con mis manos y la ayuda de mis amigos. Siempre agradeceré a estas personas todas las muchas broncas y cariños que me dieron, porque creo que somos los primeros años de nuestras vidas, el resto es dar forma y adaptarse a los tiempos y lugares, pero lo esencial no cambia, al menos para mí, de hecho me atrevo a decir que estas personas me enseñaron un idioma universal, el de la vida, para poder viajar a donde sea.

Para mi es uno de los trabajos a los que más cariño le tengo.

J.: Yo vivo en UK y un día hablando con un amigo usé la palabra Gipsy que significa gitano y él me respondió con un tono paternal: «no les llamamos gitanos, eso es una palabra despectiva, ellos prefieren que les llamen Roma» Los ingleses tienen mucho protocolo con el trato personal aunque al mismo tiempo son capaces de eructarte a la cara mientras comes. Yo le respondí que no sabía eso, pero que en España gitano no es una palabra despectiva (aunque puede usarse así) y que los propios gitanos la usan con orgullo para definirse. Pero lo del cartel de tu foto que dice que hay niños gitanos jugando al lado de la carretera es algo que me descuadra ¿No les molesta ese cartel?

'Palabras'

G.: Tengo muchos amigos gitanos y gitanas, como te dije llevo años con ellos, actualmente uno de mis mejores amigos es gitano, y este debate por la palabra me lo explicó él también, como a ti. Decir Gitano, o negra, a mi no me parece nada malo porque lo son, como yo blanco, y las mismas palabras depende de donde, cambian el significado, yo siento que somos personas, esa no cambia. Las únicas veces que me criticaron por vocabulario fueron payos, personas gitanas no recuerdo nunca.

De hecho esta fotografía la publico en mi web, porque demuestra los muchos prejuicios que hay sobre la palabra. Cuando la enseñé por primera vez, mucha gente se indignó, decían que era racismo, pero lo que no sabían es que el cartel estaba colocado por los propios gitanos. Porque es lo que querían decir, que había muchos camiones por unas obras, y que tuviesen cuidado porque había muchos niños gitanos por allí jugando habitualmente.

Después esas personas que criticaban desaparecieron de repente.

Pues sencillamente ellas se consideran personas Gitanas, al menos las que yo conozco, y con ese cartel tan solo querían avisar de que allí había niños jugando, lo que pasa es que a día de hoy la palabra gitano se utiliza todavía mucho como insulto, por eso sorprende.

J.: Yo no consigo entender la existencia a día de hoy de poblados gitanos como el que tú fotografías. Tampoco entiendo lo de añadir la palabra gitanos en ese cartel. Me parece un tema complejo de comprender.

G.: El que vivan en poblados lo respeto, tampoco entiendo que cada año construyan edificios de más 20 o 30 plantas para meterse todos juntos como en una colmena, que las ciudades crezcan y abandonemos los pueblos… me parece antinatural, y también lo respeto. Por no hablar de que solo en España hay casi 100 casas vacías por cada persona sin casa. Siempre se critica el estilo de vida del minoritario, pero el tiempo dirá.

J.: Hace años organizaste un evento en la ciudad de Coruña llamado Photoágora. De qué trataba y cuales eran tus intenciones con ese evento? ¿Tenías la intención de repetirlo en sucesivos años?

G.: Eran unas jornadas con fotógrafos de la talla de Chema Madoz, Ouka Lele, Castro Prieto y Navia, y las intenciones de las jornadas no era otras que acercar para aprender de los grandes. El año anterior organizara otro en la Fragas do Eume, con gente como Cristina García Rodero, Alberto Garcia Alix, Vari Caramés y Ricky Dávila , y para mi fue muy agotador porque no se ve lo que hay detrás. Curiosamente aprendí que lo que menos cuesta es tratar con las personas reconocidas, es mucho peor lo institucional y otras cosas.

Por ahora mi energía está en otro camino, me vi de repente como un organizador, y a mi lo que me gusta es estar en el campo. Pero no digo que en un futuro no haga algo similar, pero para ello tengo que sentirlo, y ahora mismo no me veo con fuerzas.

En las jornadas de las Fragas do Eume prometieran que las haría más veces y no cumplieron, lo intenté y no fue posible. En las jornadas del Ágora si me lo ofrecieron, pero estaba agotado y con otros proyectos en la cabeza, ahí tengo que dejar bien claro que fui yo quien no quise seguir con mi propia idea, estaba sin fuerzas.

J.: También organizaste una feria de venta de fotografía en el edificio de la feria de pescado de Ferrol. ¿Lo repetirías de nuevo? ¿No son ese tipo de eventos un poco endogámicos o me estoy equivocando y también acuden no fotógrafos para ver y comprar?

G.: Lo de repetirlo ya contesté en la anterior pregunta, ahora mismo no tengo energía para ser organizador, después veremos, vivo en presente. Tampoco no considero que fuera un único organizador, había más gente y lo vi siempre como algo colectivo.

El evento fue muy bonito, porque los fotógrafos y fotógrafas ocuparan los espacios de las pescaderas, y te puedo asegurar que acudió mucha más gente de la esperada de todo tipo, tuviera mucha repercusión. Fue un evento de carácter popular, o al menos esa era mi intención en lo que a mí me tocaba, la interpretación de otras personas es algo que no está a mi alcance. Y me gustaría recalcar que yo me quedo con lo positivo, con que mucha gente se conoce personalmente, su trabajo, se intercambia, son oportunidades…

Pero ahora mismo, como te contesté en otras preguntas, me alimento de tantos sitios dentro y fuera de la fotografía que me es imposible pensar en algo de de estas características.

«Siempre digo que después de lo hecho, y visto las barbaridades que hacemos por el mundo, ya no creo en el ser humano, pero sí creo mucho en algunas personas, además la historia no miente, está para saber quienes somos y a donde vamos, al menos para mí.»

J.: ¿Es difícil crear y gestionar eventos culturales en Galicia con dinero de instituciones públicas?¿Con qué te has topado más: con técnicos y políticos que estén interesados en crear bien común o con generadores de propaganda?

G.: Hay que valer, y yo no valgo, sufro más que cuando voy a algún conflicto… es un decir. No tengo nada de político, por suerte para mi porque odiaría serlo, y sobre qué encontré más, ¿es que hay algo en política que no sea propaganda?, ¿Dónde?.

Para mi, lo peor es que la mayoría del pueblo, que no son políticos, hacemos lo mismo que criticamos, por eso están ahí haciendo lo que hacen, me incluyo.

Mira Jose, tengo muy claro que lo que hago y como lo hago actualmente no interesa a casi nadie, este es un gremio minoritario, por eso me gusta la Utopía, soy soñador y caminante, y por el camino encuentro personas maravillosas. Siempre digo que después de lo hecho, y visto las barbaridades que hacemos por el mundo, ya no creo en el ser humano, pero sí creo mucho en algunas personas, además la historia no miente, está para saber quienes somos y a donde vamos, al menos para mí.

J.: En 2013 publicaste el libro Palabras junto al ilustrador Xaquín Marín, juntos dialogáis, él usando la ilustración y tú la fotografía. Cuéntanos la experiencia y háblanos de Xaquín Marín, una persona con un currículum increíble incluyendo la dirección del Museo del humor de Fene.

G.: Para mí Xaquín es un genio, es el Castelao actual, no tengo dudas. Además de una amistad de años, somos vecinos, no te imaginas lo que aprendo de él, es una muestra más de lo que me alimenta fuera de la fotografía. El libro nació de nuestra amistad, hablando en un pequeño café en el que siempre nos vemos, de como coincidimos a la hora de ver las cosas. Entonces un día escribimos 15 palabras, las interpretamos con dibujos y fotografías por separado, y las unimos en doble página. Imagínate, color, blanco y negro, dibujo, fotografía… y funciona porque hay sentimiento.

De hecho, estoy ahora mismo acabando un libro con el trabajo de años que tiene mucho que ver con sus enseñanzas. Es un lujo ser su amigo, además de ser una de las personas más maravillosas y humildes que he conocido, por eso sé que es un grande. Nunca se irá, porque es cultura.

J.: También has publicado, de forma individual, dos libros titulados Vidas y Realidades cercanas. Creo que has recurrido a la autoedición ¿No es así? ¿Por qué has decidido publicarlos tú mismo sabiendo que eso conlleva una menor visibilidad y distribución de cara al público?

G.: Pues por un tema económico puro y duro. Había trabajado en otros anteriormente con editorial, se vendía mucho más y yo no ganaba. Vivo de estas cosas y poco más, no me lo puedo permitir, del ego no como ni puedo mantener los trabajos.

J.: ¿Está siendo dura la experiencia de venderlos? ¿Hay suficiente público en Galicia para ese tipo de libros? Y si es así ¿se te da bien llegar a él?

G.: No es nada fácil, pero la verdad es que no me puedo quejar con estos dos libros, aunque tampoco me pongo metas. Y sobre si en Galicia se venden, imagino que todo depende lo hablado antes, como lo publiciten… en mi caso tengo suerte y vendí bastante fuera.

J.: Seguro que estás cansado de que te pregunten siempre las mismas cosas y omitan otras que a ti te parecen esenciales. Aquí tienes la oportunidad de comentarnos algo que haya podido quedar atrás.

01-01-2021