R.: Para la gente joven que no lo sepa, en 2008 fuiste secuestrado en Somalia junto al periodista británico Colin Freeman y fuisteis liberados después de 40 días de cautiverio en enero de 2009. Al mes siguiente publicaste en el Magazine de La Vanguardia el reportaje Somalia en el fin del mundo y al año siguiente ganas el premio Ortega Y Gasset de periodismo por ese reportaje. No me entiendas mal, me gusta mucho ese reportaje y celebro que lo hayas publicado, de hecho compré la revista y la conservo en mi colección, pero cuando la descubrí me sentí mal hacia La Vanguardia y los medios españoles en general, me dio la sensación de que a uno lo tienen que secuestrar, o ser herido, para que primero hablen del periodista y luego este pueda publicar su trabajo y generalmente ganar algún premio o beca, después de eso vuelve la calma chicha. Eso lo hemos visto en nuestro país en muchas ocasiones ¿Crees que es así? ¿Es distinto en los países de los medios con los que colaboras?

C.: Fue un poco así y al mismo tiempo no lo fue. Me explico:

En España si te secuestran o te pasa algo peligroso, te haces famoso por 15 minutos. En mi caso, ya había ganado varios premios como el World Press Photo, antes del secuestro. Pero es cierto que la fama del secuestro me dio la oportunidad de publicar en España, en La Vanguardia, concretamente (cuyo editor de foto, Pepe Baeza, me trató muy bien). Recuerdo, por cierto, que El Pais no quiso comprar el reportaje, aunque irónicamente después lo premió con el Ortega y Gasset. El caso es que para presentarte al premio, las fotos tenían que haber sido publicadas en España, y fue una de las pocas veces que lo hice, por tanto me presenté al Ortega y Gasset por primera vez. Al mismo tiempo, el premio se solía conceder a una sola foto pero en este caso me lo dieron por el reportaje completo. Por tanto, es cierto que la fama del secuestro me sirvió para presentarme al premio, pero al mismo tiempo el reportaje completo (en aquella época además había que enviar las fotos impresas y yo lo hice a través de uno de los mejores laboratorios fotográficos de España) era potente y más interesante y complejo que una sola imagen, que era lo que se solía premiar en aquellos momentos.

En otros países, creo que un secuestro no te hace tan famoso como en España. La muestra, por ejemplo, fue mi compañero de cautiverio Colin. Nadie le dio el bombo que me dieron a mí en Reino Unido, y una vez liberado no le prestaron tanta atención.

R.: ¿Te gusta más publicar fotos sueltas en un periódico o un reportaje en una revista? ¿Qué es más fácil conseguir de los dos?

C.: Siempre es más agradecido publicar en una revista, sobre un papel decente, claro. Pero es más difícil.

R.: ¿Qué países crees que tienen las mejores revistas semanales para el tipo de trabajo que haces? Mencionanos tus revistas preferidas.

Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido… Hoy en día, sin embargo, la fotografía en papel comienza a escasear y se publica más online.

C.: Sinceramente, a mí a día de hoy no me interesan demasiado las revistas. Si quiero ver fotografía impresa, me compro un buen libro. Y no me importa tanto que los trabajos se publiquen online en lugar de en revistas tipo Time, Newsweek, National Geographic, etc.