JOSE CHAS

ENTREVISTA

Gero Costas

Nombre completo | Jose Angel Chas Fontenla

Año nacimiento | 1976

Lugar de nacimiento | Pontevedra

Estudios | Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, especialidad de Escultura (1998-2003) • Bienio pre-doctoral Modos de Coñecemento na Práctica Artística Contemporánea, Universidad de Vigo (2004-2006) • DEA (Diplomado en Estudios Avanzados) por la Universidade de Vigo (2006) • Curso de especialización en Fotografía de Arquitectura, IEFC, Barcelona (2005-2006)

Actividad fotográfica | Comercial • Arte

Año de comienzo de actividad | 2013

Estado actual | Activo

Empresa y/o colectivo | Ninguno

Sitio web | http://www.memoriaindustrialengalicia.wordpress.com/

Jose Chas es de los pocos fotógrafos documentalistas en Galicia que usan un estilo totalmente clásico, en una línea parecida al de la fotografía arquitectónica que también realiza como principal actividad económica. Su trabajo documenta la historia industrial gallega de los dos últimos siglos, un enorme trabajo y de gran interés público que esperemos algún día sea reconocido por la administración y el gran público ajeno al mundo de la fotografía

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Romay: ¿Cómo te interesaste por la fotografía?

Chas: Mi padre es aficionado a la fotografía desde joven. Teníamos una réflex manual en casa y una enciclopedia de fotografía que yo ya ojeaba cuando era pequeño. Ya en el instituto, cuando hice el viaje de fin de curso a Italia, le pedí prestada su cámara. A partir de ahí supe que de algún modo la fotografía formaría parte de mi vida. No fue hasta que empecé en la facultad de Bellas Artes cuando adquirí mi primera réflex de 35 mm.

R.: ¿No te atrajo, durante la carrera de Bellas Artes, la posibilidad de dedicarte a una fotografía, no voy a decir más artística, diré mejor, más ficticia? ¿Cuando y cómo decidiste que lo que mayormente querías hacer era documentar y de la manera que lo haces?

C.: Al principio comencé mis estudios en la facultad sin una idea muy clara de lo que quería hacer. Yo venía de dejar una ingeniería ―de Minas― y fue un cambio de carrera no muy meditado. Sabía que quería hacer fotografía, pero mis intereses no estaban definidos. Recuerdo que empecé con fotografía de desnudos ―descubrir en aquella época a Jeanloup Sieff tuvo algo que ver―. Pero al acabar 2.º de carrera decidí que haría la especialidad en Escultura. Fue ahí cuando descubro a algunos autores que me influyen enormemente, sobre todo del movimiento Land Art: Robert Smithson, Gordon Matta-Clark Todos ellos tienen en común el uso de la fotografía como registro de sus obras y que estas adquieren nuevos significados al exponerse en las galerías de arte. En 4.º, gracias a la única asignatura de Fotografía de toda la carrera, accedo a los grandes nombres de la fotografía documental siendo Walker Evans, y Bernd y Hilla Becher ―y la Escuela de Düsseldorf― mis principales referentes.

Es cuando decido que mis fotos se enmarquen dentro de lo que llaman «estilo documental»: la visión mecánica, el anonimato, la nitidez, la luminosidad, la serie y el archivo.

R.: Una vez me dijiste que eres capaz de diferenciar una fotografía tomada con un objetivo descentrable de una tomada sin él y corregida posteriormente con el ordenador ¿Cómo es eso?

C.: Por una cuestión de perspectiva. Cuando necesitas hacer un encuadre contrapicado para capturar todo el edificio las lineas verticales fugan mucho más que si realizas el mismo encuadre con la cámara nivelada y descentras el objetivo. Es algo mucho más evidente cuanto mayor sea el contrapicado.

R.: ¿Cómo te sientes más: como un fotógrafo artista, documentalista o comercial?

C.: Quizás más como documentalista: lo que más me gusta registrar el entorno, capturar el espacio que tengo frente a mi e intentar no hacerme notar en la imagen.

R.: Tu libro Conservar a memoria recopila los edificios de las fábricas conserveras gallegas que han dejado de operar pero que aún están en pie, o medio derruidas. Has usado un nombre muy acertado ¿no crees?

C.: Siempre me gustó trabajar con el lenguaje y jugar con los significados. El título de este trabajo es un juego de palabras muy simple, pero que evidencia el interés por dignificar este tipo de espacios además de definir uno de los usos de la fotografía.

R.: Explícanos tu método de trabajo de las fotos de tu libro ¿es el mismo método que en tu trabajo comercial? Y ¿Cuál es el motivo de que los cielos sean siempre grises?

C.: Conservar a memoria fue un libro para el que disparé película diapositiva de formato medio, realizando únicamente encuadres frontales. Obviamente en mi trabajo comercial disparo en formato digital y realizó diferentes encuadres en función de las necesidades. Pero en lo esencial son muy similares. Afronto ambos trabajos con el mismo respeto hacia los espacios, cuidando mucho la composición.

El motivo de que los cielos sean siempre grises fue, por un lado, una cuestión técnica utilizando luz difusa para evitar grandes contrastes al estar disparando diapositiva. Y por otra parte una cuestión conceptual, ya que me interesaba potenciar la idea de homogeneizar las localizaciones para convertirlas en lugares comunes.

Lo que va a pasar con la mayoría de esta ruinas es que van a desaparecer, salvo contadas excepciones. Obviamente no podemos pretender preservarlo todo pero deberíamos tener una mentalidad más acorde con los tiempos actuales y plantear proyectos que sean más sostenibles en términos de aprovechamiento de los recursos disponibles y de un menor gasto económico.

R.: Muchas de las fotos del libro fueron sacadas en verano así que sospecho que no fue un trabajo fácil teniendo que cumplir una fecha de entrega en otoño.

C.: Desde luego. Hubo un gran trabajo previo de documentación y de planificación en función de la climatología. Recorrí prácticamente toda la costa gallega y tuve que realizar sesiones de varios días, sobre todo en las zonas más alejadas, aprovechando los días nublados. Después aun quedaba realizar el trabajo de escaneado y postproducción. Pero finalmente salió bien.

Museo da conserva. A Illa de Arousa, Pontevedra
Antigua fábrica y actual Museo Massó. Bueu, Pontevedra

R.: En tu libro parece que dos de los edificios están restaurados y que quizá se usan a día de hoy con otra función ¿Es así? ¿Qué crees que va a pasar con estas ruinas y qué piensas que se debería hacer con ellas?

C.: Sí, son dos edificios singulares y que están ahí precisamente por eso. Por un lado el Museo Massó en Bueu, ejemplo de la gran industria conservera gallega del S. XX. Y por otro lado el Museo da Conserva de A Illa de Arousa que se encuentra en la antigua nave de Conservas Goday, la primera fábrica de conservas de Galicia.

Lo que va a pasar con la mayoría de esta ruinas es que van a desaparecer, salvo contadas excepciones. Obviamente no podemos pretender preservarlo todo pero deberíamos tener una mentalidad más acorde con los tiempos actuales y plantear proyectos que sean más sostenibles en términos de aprovechamiento de los recursos disponibles y de un menor gasto económico. Además estos edificios poseen una cualidad inmaterial que los hace únicos frente a las nuevas edificaciones y es la memoria de la gente que ha trabajado allí. Saber de donde venimos es importante.

R.: Tu trabajo documental no se ciñe al relacionado con la industria conservera, estás fotografiando todo tipo de edificios industriales en Galicia y acompañando las imágenes con tus textos en tu blog. ¿Qué tipo de industria es la que tú documentas?

C.: Conservar a memoria se enmarca dentro de un trabajo más amplio que se llama Memoria industrial en Galicia. Es un proyecto fotográfico sobre la ruina industrial gallega en el que fotografío fábricas y naves abandonadas por toda Galicia. No tengo una predilección especial por un tipo de industria ni por un periodo histórico determinado. Comenzó como una cuestión estética sobre la decadencia de estos espacios industriales y el contraste de fotografiarlos de la forma más cuidada posible. Pero a medida que iba incorporando localizaciones a la serie, el concepto de archivo fue ganando importancia. Así que en 2017 decidí publicar el blog y acompañar las imágenes de textos que rescatasen la memoria de estos lugares. Además incluyo un mapa con las localizaciones de más de 300 elementos industriales de toda Galcia.

Izquierda: Cartel de la exposición ‘Conservar a memoria’ organizada por Museo do mar de Galicia.

Derecha: Cartel de la exposición ‘Memoria industrial en Galicia’ en el Pazo da cultura del ayuntamiento de Pontevedra.

R.: Algunas empresas eran de mediano tamaño como Cerámica el Castelo, S. A. (Fábrica de ladrillos) de la que nos cuentas que tenía 28 puestos de trabajo en Monforte y 24 en Guitiriz y en el momento de cierre los empleados tuvieron que ir a juicio alegando despidos improcedentes. Y de Charpo, S. A. (Fábrica de conservas) nos dices que a día de hoy, 30 años después del cierre, las trabajadoras siguen sin cobrar la totalidad de la indemnización. ¿Son siempre las historias que documentas tan trágicas para los trabajadores? ¿Aparecen a menudo a tu paso datos de explotación o malas condiciones de trabajo?

C.: El cierre de una fábrica es casi siempre un acontecimiento traumático. La realidad de una industria es muy compleja pues afecta a diferentes ámbitos: social, económico, ambiental y cada caso se establece en un contexto único y diferente. Cuando investigo sobre sus historias es habitual encontrarme con situaciones de conflictividad laboral pero mi única intención con el blog es ofrecer información sin mostrar juicios de valor, eso se lo dejo al lector.

R.: Me gusta mucho una fotografía que has sacado en la nave de Bernardo Alfageme donde se ve una silla de despacho, en pequeño, al fondo, que da profundidad a la imagen y cierta presencia humana. En otra foto de la empresa Maperlan, S.A. (Fábrica textil) se ve un paño colgado de una máquina y en otra una silla «mirando» hacia el fotógrafo ¿Cuando fotografías en una nave abandonada mueves algo del entorno para la foto?

C.: Habitualmente no, intento fotografiar las escenas tal y como me las encuentro. Me interesa fotografiar las «ordenaciones inconscientes» y la realidad de lo que veo al llegar a estos espacios me parece lo suficientemente atractiva como para no tener que teatralizar la escena.

R.: Si no me equivoco, hace años me dijiste que ibas a publicar un libro sobre antiguas minas gallegas pero, si no me equivoco otra vez, creo que no ha salido a la luz ¿Que ha pasado?

C.: Realizar proyectos como esos requieren de una gran inversión de tiempo y dinero y mis obligaciones laborales y familiares no me permiten desarrollarlos con la eficacia que me gustaría. Así que al final se van retrasando y se quedan en el cajón de trabajos pendientes. Conservar a memoria fue posible porque se enmarcaba dentro de una beca para proyectos de creación fotográfica. Eso me permitió dedicarle el tiempo y los recursos suficientes para llevarlo a cabo.

R.: ¿Crees que es difícil publicar libros de fotografía en buenas condiciones en Galicia?

C.: Mi experiencia personal me dice que sí. Quizás no tenga los contactos adecuados para hacerlo pero por poner un ejemplo, algunos de los fotolibros más publicados en Galicia en los últimos años, y más reconocidos, han sido autoeditados.

R.: Yo creo que hay un par de editoriales en Galicia que lo están haciendo bien, no publican en el mundo cerrado de la fotografía que sólo o mayormente compran fotógrafos, se han publicado algunos temas algo «genéricos» como por ejemplo el libro Finisterraes de Xulio Villarino, el cual es un trabajo documental de los faros gallegos, personalmente creo que ese tipo de fotografía hace más cómoda la venta de un libro. Tu trabajo podría estar en esa onda ¿Tú que crees?

C.: Podría ser, aunque quizás mi temática no sea tan accesible al público. Es cierto que he tenido ofertas para publicar mi trabajo pero al final no han llegado a concretarse.

R.: También creo que tu labor documental debería ser publicada periódicamente por alguna cabecera en papel, el interés cultural de tu recopilación debería tener más difusión, pero eso no se hace en la prensa diaria en Galicia y las revistas han dejado de existir. ¿Has intentado publicarlo en prensa?

C.: Sinceramente no. Creo que estamos viviendo un incremento en el interés por nuestro pasado industrial, pero aun así los medios no parecen estar demasiado interesados en ello.

R.: Es cuestión de insistir, muchos recactores de periódicos locales agradecen mucho las propuestas que vengan de la calle. Para que la gente entienda la importancia de lo que dije en la anterior pregunta, explícanos la relación de la industria gallega con el franquismo y la Segunda Guerra Mundial.

C.: En Galicia hay mucho ejemplos de su implicación en la Segunda Guerra Mundial, los más conocidos tiene que ver con las minas de wolframio. Supusieron una autentica revolución en la Galicia de posguerra ya que el alto valor que alcanzó este mineral dio lugar a una autentica «fiebre del oro». Hoy todavía se conservan restos no solo de las minas sino de infraestructuras para su transporte.

Creo que en general, la profesión de fotógrafo se ha devaluado en los últimos tiempos. La irrupción del digital y la facilidad de acceso a la fotografía (móvil) pueden tener parte de culpa.

R.: Te ganas la vida con la fotografía comercial y estás enfocado en fotografía arquitectónica ¿Recuerdas aquella serie televisiva de TVE llamada Elogio de la luz? Para los que no lo sepan se trata de un número de reportajes dedicados a distintos arquitectos, uno supone cuando la ve, que los arquitectos tendrían que ser exquisitos con la fotografía y que la luz debería ser primordial, sin embargo a Galicia ha venido en más de una ocasión un famoso fotógrafo de arquitectura, cuyo nombre omitiré, a fotografiar «importantes» edificios. En general, su trabajo parece hecho a correr, algunas de sus fotos me recuerdan a las postales de los setenta con esa luz azul dominando todo el encuadre. Cuando ubica a alguien en el encuadre parece hecho de una manera ¿Cómo de considerado está un fotógrafo de este estilo hoy en día en Galicia?

C.: Creo que en general, la profesión de fotógrafo se ha devaluado en los últimos tiempos. La irrupción del digital y la facilidad de acceso a la fotografía (móvil) pueden tener parte de culpa. En mi caso también, pero es cierto que los arquitectos, diseñadores, constructoras, etc. Empiezan a darse cuenta de que en su estrategia de comunicación es importante contar con una buena imagen de su trabajo y quieren imágenes con una mayor calidad.

'Revista Proyecto Contract'. «Mercado Galiciana»

R.: ¿Necesitas ayudantes cuando trabajas en arquitectura o en diseño de interiores? ¿Utilizas mucho equipo de iluminación cuando fotografías interiores?

C.: Trabajo solo y utilizo únicamente la luz disponible. En ocasiones combino varias exposiciones en una sola imagen (HDR) pero siempre intentando ser fiel a la luminosidad real de la escena y buscando imágenes naturales.

R.: Hace muchos años un amigo mío estaba aprendiendo fotografía de arquitectura y le dije: «Veamos eso, dame algunos consejos» Me explicó que muchas veces en este tipo de fotografía se busca la zona más espectacular o el efecto más bonito en lugar de intentar explicar como una persona interactúa con el espacio, pude ver que existía una delgada línea entre el «no» y el «sí», e interpretar un lugar me pareció una tarea agotadora. ¿Es así? Y ¿Cómo aprendiste este tipo de fotografía?

C.: Así es. Hay que buscar un equilibrio entre la pura estética y la funcionalidad de los espacios. Quizás lo más complicado de esta especialidad sea no perderse en el efectismo o en tu gusto personal como fotógrafo e intentar ponerte en la piel del arquitecto. Hablar con ellos y conocer los detalles que quieren destacar es algo que me ayuda bastante. Empecé a decantarme por este tipo de fotografía a través de mis trabajos en la facultad, de manera autodidacta. Una vez acabada la carrera decidí que necesitaba una formación más específica y me fui a Barcelona a realizar el curso de especialización en fotografía de arquitectura en el Institut d’Estudis Fotográfics de Catalunya (IEFC).

R.: ¿No deberían ser los arquitectos los mejores fotógrafos para sus obras?

C.: Curiosamente la mayoría de fotógrafos de arquitectura son arquitectos o han estudiado arquitectura. Es algo que les permite estar mucho más cerca de sus clientes. Yo, en cambio, provengo de las Bellas Artes y he tenido que adaptarme rápidamente a un mundo al que era ajeno.

R.: ¿Te ves a ti mismo viviendo de la fotografía que realizas hasta tu jubilación o crees que, como otros campos, el tuyo se irá estrechando cada vez más?

C.: Quiero pensar que si, que seguiré viviendo de mi fotografía hasta que me jubile (si todavía ese concepto existe cuando lleguemos allí), pero creo que va a ser un desafío constante y duro.

R.: ¿Que consejo te gustaría que te hubiesen dado al principio de tu carrera comercial?

C.: Busca los contactos necesarios para desarrollar el trabajo que quieres antes de empezar.

[Por cuestiones personales José Chas ha cesado su actividad de fotografía comercial en 2023, continuando con su actividad documental/artística.]

27-1-2020

Fábrica de géneros de punto Maperlan SA. Boiro, Coruña