José Paz

ENTREVISTA

Autorretrato

Nombre completo | José Paz López

Año nacimiento | 1967

Lugar de nacimiento | Eibar

Estudios | Ciencias de la Información

Actividad fotográfica | Arte, periodística

Año de comienzo de actividad | 1990

Estado actual | Activo

Empresa fotográfica y/o colectivo | Periódico La Región

Sitio web | No disponible

José Paz es el jefe de fotografía del periódico ourensano ‘La Región’, paralelo a su trabajo desarrolla una línea artística muy vinculada al ‘land art’. En esta entrevista nos explica las idiosincrasias de compaginar una carrera artística pausada y repleta de meditación con una carrera profesional de actividad constante. Así como las funciones que tiene la fotografía en la prensa diaria y cual está siendo el desarrollo cultural en la ciudad de Ourense a día de hoy

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Romay: Eres fotógrafo de prensa y jefe de la sección de fotografía del diario ourensano La Región. También eres un artista que trabaja con la fotografía ¿Cómo y cuándo te acercas al mundo de la fotografía? ¿Te interesaste por el mundo del fotoperiodismo y después por el mundo del arte o fue al revés?

Paz: El interés por la fotografía y el periodismo llega a la par. De entrada, el fotoperiodismo bien trenzado es muy atractivo para cualquier apasionado por la imagen. La incursión en discursos más artísticos llegaría más tarde, por la necesidad de buscar nuevas líneas a la mirada que el lenguaje periodístico no contiene. Durante muchos años ambas miradas han compartido ―digamos― un hogar común, conviviendo también con otras actividades.

R.: ¿Te sientes más cómodo en prensa o creando obra artística? ¿O quizá en ambas actividades por igual?

P.: ¿Cómodo? La creación, al menos para mí, requiere un esfuerzo y una continuidad que muchas veces tu actividad profesional no te lo permite. El trabajo en prensa después de tantos años lo tienes ―se podría decir― encauzado, que no quiere decir que esto sea algo deseable. La línea creativa es mucho más compleja, bien sean ilustraciones, collages (en su mayor parte hechos para el periódico), o fotografías escenificadas, intervenciones en el paisaje, etc. que requieren mucha planificación y momentos de inspiración creativa, que surja el duende, porque si no el resultado flojea. Mi trabajo creativo ha sido lento, intermitente, incluso llegado un momento se ha parado. Si no tienes nada que comunicar es preferible el silencio. No es necesario estar todo el rato lanzando cosas si ves que no están a la altura que deseas, no aportan nada, o no sientes esa necesidad. A mí, llegado el momento así me ocurrió, casi al tiempo del bum de Internet y el batiburrillo de imágenes que hoy lo inunda todo. Digamos que las imágenes pausadas, lentas, la mirada poética que busco, ahí tiene poco que aportar.

R.: Esta cuestión que te presento a continuación se la he planteado también a Vitor Nieves, la escribo bajo experiencia propia y por lo que he podido ver y hablar con fotógrafos de prensa, quizá esté equivocado en algo y quizá en La Región no ocurren estas cosas. A ver que crees tú: Me da la sensación de que la prensa escrita en Galicia se ha quedado en la época «pre Leica». Las maquetas de los periódicos tienen cajas cuadradas como hace cien años, cuando hoy en día solamente se utiliza el formato de 35 mm. Nunca sabes si se va a usar tu foto en vertical u horizontal (puedo entender que sea así algunas veces pero no siempre). El fotógrafo sigue siendo ese sujeto que domina la cámara pero no es un periodista, y si lo es, está subordinado a todos los demás. Todo el mudo tiene más voz que él para escoger la foto, muchos redactores pretenden conseguir de ti la idea que ellos tienen en la cabeza, pero eso no es lo peor, lo peor es que no tienen la más mínima formación visual. Hasta aquí todo podría ser normal siempre que existiese una figura intermedia entre el fotógrafo y el redactor para que entre los tres, junto al jefe de sección, se debatiese de forma sana. Pero no es así, suele existir la figura de jefe de fotografía, que recae en el fotógrafo con más antigüedad en la casa pero no necesariamente el más formado. Esta figura suele quedar relegada a tareas como la organización de la jornada laboral entre los fotógrafos. Sospecho que este caos comienza en las facultades de periodismo ¿Qué crees tú de todo este desbarajuste y que experiencias nos puedes contar?

Sen título. Serie 'Dousmiloito'. 2008

P.: El uso de la imagen en un periódico está lleno de condicionantes, entre otras cuestiones porque en la mayoría de los casos es dependiente de las informaciones sobre las que se trabaja, el volumen de información y la rapidez con la que se ejecuta, al margen de tener que hacerlo en otros formatos más allá de lo impreso. Los medios, máxime si son pequeños, carecen de estructura ―edición, arte, creativos― o esta es muy limitada. Además, y no hay que olvidarlo, en un periódico cada uno tiene un rol, está todo bien jerarquizado; hay que ser conscientes del papel que toca jugar. Además, por si esto fuera poco, la voracidad de Internet ha dinamitado todo y si la fotografía ya estaba muy atada y condicionada, ahora, cuando paradójicamente todo es imagen, el fotógrafo ―en prensa― semeja un actor relegado a papeles secundarios.

R.: ¿Cuales son tus funciones como jefe de fotografía en La región?

P.: En un periódico pequeño toca hacer muchas cosas, más allá de lo fotográfico. Las funciones básicamente son de enlace con la redacción, dirección y un sinfín de departamentos, pero sobre todo en cuestiones organizativas, puesto que todos los días se ejecuta una pieza única, y por lo tanto irrepetible.

Sen título. Serie 'Dousmiloito'. 2008
Sen título. Serie 'Ao día seguinte'. 2006

R.: ¿Crees que tu puesto carece de alguna función que creas indispensable para una buena actividad fotoperiodística?

P.: Tiempo y reflexión, como para cualquier labor periodística. Pero con la experiencia que dan los años ya sabes que la dirección va a ser la contraria.

«La prensa local es muy necesaria, precisamente por su proximidad, algo de Perogrullo […] Entre las cuestiones que menos me congratulan pienso que los medios deben elevar sus miras, enriquecer sus miradas y puntos de vista.»

R.: Cuando emigré a UK en 2015 mi imagen de la prensa gallega era muy mala. En todos los periódicos gallegos que he tenido en mis manos se repetían ciertos «rituales», como por ejemplo fotografiar a cientos de personas para las secciones deportivas y festivas de los fines de semana, para que aparezca el mayor número de personas (más gente = más compradores), «Esto no es un periódico, es una hoja parroquial» me decía mi compañero Carlos Folgoso cuando los dos fotografiábamos en Diario de Arousa. Mi perspectiva después de 6 años viviendo en la ciudad de Liverpool es distinta. No es que ahora esté a favor de esos «rituales», es sólo que no estoy en contra. En esta ciudad de 500.000 habitantes el único periódico existente es un tabloide sensacionalista carente del más mínimo rigor. Su versión online vive de noticias relámpago (normalmente asesinatos, asaltos, robos, accidentes, o temas parecidos), noticias que no desarrolla ni continua en el tiempo. La versión en papel no es mucho mejor. Ahora me doy cuenta de que la prensa en Galicia crea comunidad, o al menos le da una voz. Recuerdo a principios de los 2000 cuando yo presidía un club ciclista en el municipio de Meis, tenía trato con todos los redactores deportivos de las secciones locales de los periódicos de Vilagarcía de Arousa. Diario de Arousa y Faro de Vigo eran excelentes, me llamaban ellos después de cada competición y me daban todo el espacio que quisiese para poner a parir a la Federación galega de ciclismo… Una vez, dando yo un paseo por mi parroquia, me dice un vecino desde su finca: «¡Jose! ¡Enhorabuena por el premio!», se había enterado por un pequeño artículo en Faro de Vigo, en aquel momento pensé que la prensa escrita aún tenía mucho que decir, al menos en Galicia. ¿Qué es lo que más te gusta de la prensa local en Galicia? ¿Cuales crees que son las cualidades de la prensa que son más útiles para el ciudadano de a pie? ¿Cuales son las que menos te gustan?

P.: La prensa local es muy necesaria, precisamente por su proximidad, algo de Perogrullo. Focalizar lo cercano te da una visibilidad que el ciudadano agradece para interactuar con el medio, y aprovechar de esa labor de medio público que desempeñan los medios, aunque esa proximidad también condiciona. Entre las cuestiones que menos me congratulan pienso que los medios deben elevar sus miras, enriquecer sus miradas y puntos de vista.

R.: ¿Tienes algún referente en el mundo de la comunicación? ¿Algún editor, cabecera o fotógrafo que te guste o te influya?

P.: ¿Referentes? Infinitos y en todas las latitudes. Si tuviera que destacar algún nombre sería del denominado nuevo periodismo americano, que ya es algo muy «viejuno»: Gay Talese, Tom Wolfe. Referentes escritos. ¿Cabeceras? Muchas, las bien editadas: Liberation, The New York Times; una obviedad. ¿Fotógrafos? Infinidad, la fotografía está bien representada, desde sus inicios.

P.: Me decía Xulio Villarino en su entrevista, que él guarda un grato recuerdo de noticias tratadas gráficamente de forma interesante en colaboración con sus compañeros de redacción en La voz de Galicia y Javier teniente recordaba con agrado lo bien aceptado que había sido uno de sus reportajes en el semanario de Faro de Vigo. ¿Podéis los fotógrafos de La región hacer propuestas personales al periódico? ¿Tenéis compañeros en la redacción con los que se puedan estudiar las maneras de afrontar un trabajo de forma no tan autómata como la habitual? Por ejemplo, un retrato de forma creativa que pueda «demandar» una posición especial en la maqueta o que vaya acorde al título del texto?

P.: Un periódico nunca rechaza propuestas, otra cosa es que la voracidad del día a día te supere. Es más, la labor de cualquier fotógrafo de prensa debe ser esa: dar rienda suelta a su curiosidad y buscar líneas de trabajo, a través del reportaje, la entrevista, o lo que sea.

R.: El periódico para el que trabajas abarca un área rural enorme ¿Cómo es después de tantos años conocer toda tu comarca como la palma de tu mano, conocer absolutamente a todo el mundo: política, deportes, cultura, protección civil, etc. y haber estado en todos los lugares tantas veces: Museos, salas de exposiciones, salas de plenos, mercados, juzgados, etc.? ¿Se acostumbra uno a ello y se vuelve monótono o siempre sigue uno agradeciendo tanta variedad en el trabajo? Casi todo el mundo tiene que conocerte cuando te ven por la calle ¿no?

P.: La rutina no es el mejor alimento para un fotógrafo, aunque se intenta ampliar los marcos y las miradas. Pero siempre teniendo en cuenta hacia dónde está enfocado tu trabajo.

R.: Sólo he tenido acceso a tu obra artística de manera gráfica, es decir, sólo he visto las fotografías de tus intervenciones en la naturaleza, sé que en alguna ocasión has animado a la gente a que visite dichas intervenciones ¿Es tu obra física lo realizado en los paisajes o tu obra es ―como en el caso de Chema Madoz― las fotos?

P.: Las fotografías de las que hablas son una parte de mi obra, de la que me encuentro más satisfecho, pero también una etapa cerrada después de una década de reflexión y trabajo. Las representaciones son in situ para después ser fotografiadas, algunas han llevado meses, otras en el mismo día, pero siempre reflexionando sobre ellas. Están hechas en un mundo rural hoy venido a menos y tanto por ello muchos de los códigos en lo representado y en la ejecución están hechos con los mismos materiales que emplearon durante siglos en la labranza nuestros antepasados, porque a todos o a muchos nos alimenta aún ese mundo.

R.: ¿Qué referentes artísticos (de cualquier género) crees que te han influido más para hacer lo que haces? ¿Cuál es el género artístico con el que más disfrutas como «espectador»?

P.: Hay autores que me conmueven, imprescindibles, en algunas de las líneas que me sostienen el pensamiento, citaré a dos, el portugués Alberto Carneiro, o el griego Jannis Kounellis, ambos ya fallecidos.

R.: ¿Cuales crees tú que son las principales razones que te llevan a realizar tu obra artística?

P.: La necesidad de representar un mundo ―el rural― al que me encuentro muy ligado, a esa histórica dependencia de la tierra. El paisaje ―digamos― ha sido el género que más libertad me ha dado.

«La melancolía, la introspección, la pausa, son líneas que me interesan mucho. La luz ayuda a transmitir esas intenciones.»

R.: Tu obra artística me produce una sensación de melancolía, no sé si es tu intención que el espectador sienta eso o si está fuera de lugar que yo lo diga, pero sí es cierto que ayuda el que tus fotografías sean realizadas siempre con un cielo gris, algunas veces con niebla, parece que evitas el verano con toda la sensación de vida que él provoca. ¿Tiene tu obra un significado cerrado o la produces pensando que el verdadero tema del que trate es lo que cada uno que la vea piense?

P.: La melancolía, la introspección, la pausa, son líneas que me interesan mucho. La luz ayuda a transmitir esas intenciones.

R.: ¿Imprimes tus fotos en grandes formatos? ¿crees que tienen que tener un determinado tamaño o puede variar?

P.: El tamaño en esas intervenciones paisajes es imprescindible, el espectador ha de introducirse de alguna manera, dejarse envolver por la bruma, como si te lo encontraras delante.

R.: ¿De qué nos hablas en tu obra Lume. Queimados?

P.: Lume. Queimados, responde a unas intervenciones muy concretas, ejecutadas en 2006, tras una ola incendiaria que afectó a toda Galicia y que también puso en peligro el territorio emocional de mi aldea. Tratar de hacer arte, generar belleza, con un territorio envuelto en negro, fue una reacción terapéutica.

R.: Una de tus series fotográficas no muestra una previa intervención en el medio natural, me refiero a País celta. En ella se ven fotos de núcleos poblacionales hechas desde lejos, en la oscuridad de la noche, visibilizándose gracias a la iluminación nocturna. Los paisajes «creados» por ti parecen estar inundados por movimientos de lava. ¿De qué trata esa serie y por qué ese título?

P.: Esa serie es más antigua, del 2002. Está realizada en la zona de Serra do Suído, porque el terreno se prestaba a una idea con la que trabajaba que era la de representar un territorio rural tan disperso como el nuestro envuelto en el artificio de la luz eléctrica. Una realidad falseada puesto que hay muchas más luces que habitantes.

R.: Naciste en el País Vasco ¿En qué se parece y diferencia la relación de los gallegos con el medio natural y la de los vascos? ¿Crees que en Galicia la relación con el entorno y por lo tanto la creación de paisaje es distinta al resto de España?

P.: El paisaje en Euskadi es otra cosa, es un tótem, algo simbólico. Ir al monte a caminar es la forma de expresarse, de estar o de justificarse con el medio. El paisaje es distinto, la intervención humana, la orografía, la distribución de los caseríos, lo ensalza todo y lo justifica en el sentir del vasco. Nosotros apreciamos el paisaje de aquella manera. El monte, tras el abandono del rural, crece a su libre albedrío, sin cuidados ni entrecortas y se convierte en un problema de gran dimensión por la propensión incendiaria y destructiva que parece debemos llevar congénita. Espero que seamos capaces de revertirlo algún día.

Catálogo del Museo do pobo galego
'A nosa terra' 03-03-2006
'Flyer' de 'Dousmiloito'

R.: Parte de un texto tuyo dice: «[] para o autor a arte, ten que ser poética, como unha forma máis de coñecemento.» ¿Cuando dices poética te refieres a creativa o a lírica, que suele ser con lo que hoy se identifica a la poesía.

P.: La poesía es imprescindible. La fotografía, cuando nos conmueve, está envuelta en poesía. Es como el duende del flamenco o el swing en el jazz.

R.: ¿Cómo compaginas los dos tempos distintos que requieren tu mirada artística y la fotoperiodística? ¿Impide de alguna manera tu trabajo en el periódico que te desarrolles artísticamente?

P.: Son labores distintas, hasta incompatibles. Una, sujeta a la reflexión, en la que el tiempo se detiene, y la otra, aplicada a las necesidades del día a día en un diario local. Pero ninguna está por encima de la otra, las dos me alimentan.

'A nosa terra' 03-03-2006
Periódico 'La región' 03-03-2006

R.: Has expuesto en muchas muestras colectivas, ¿quiere decir eso que en los últimos años ha habido en España una corriente artística que podría englobar tu obra?

P.: Hubo una época de premios, exposiciones y demás, muchas a través de convocatorias, en la que sí se dio un ambiente ―digamos― propicio, donde las galerías de arte también apoyaban estas expresiones artísticas, pero todo eso después de la crisis del 2008 se vino abajo. Exponer, crear, requiere un gran esfuerzo y una inversión económica muy importante ―hablamos de grandes formatos― que no siempre te puedes permitir. Y hay mucha institución que se aprovecha y tú tienes que saber hasta dónde puedes permitírtelo.

R.: ¿Cómo es la vida cultural en Ourense después del cese del Outono fotográfico comparada con antes (imagino que no ha sido lo único que ha desaparecido)? ¿Existen colectivos o espacios paralelos a los institucionales en los que uno pueda relacionarse?

P.: El ambiente cultural se ha deprimido hasta límites inimaginables y eso que los precedentes ya no es que fueran de lo más exigentes. Estamos viviendo a todos los niveles ―educación, política, ciudadanía― una merma de exigencias y de nivel intelectual que lo va degradando todo. Parece que enarbolar cualquier causa o bandera lo justifica todo; también en eso es necesario buscar refugio. Entre lo imprescindible y lo superfluo nos estamos decantando por lo segundo, y lo peor es que todo esto nos unifica y moldea. La tecnología se ha impuesto al contenido, por su apariencia lustrosa. Y por si fuera poco hasta nos permitimos el lujo de infravalorar la filosofía del modelo educativo. Hay cosas que semejan de broma.

Serie 'Paisaxe. Nada será igual'. 2009

R.: Por edad, seguro que tú recuerdas mejor que yo la época en la que cuatro jóvenes se juntaban y montaban una publicación. Hoy nombres como Mátame Madrid, La luna de Madrid, Tintimán (Vigo) o La naval (Coruña) son míticos. Yo tengo una teoría: Sin desmerecer ni ignorar Internet, el cual está genial y nos ha facilitado mucho las cosas, creo que sería positivo que todos nosotros nos volviésemos a relacionar en papel de aquella manera. El papel perdura y requiere mucha más interacción social. Me gustaría conocer tu opinión de todo esto y saber si conoces alguna publicación ourensana «alternativa» en formato web o papel.

P.: No es sólo cuestión de papel o mundo digital. Cuando una publicación como las que citas y muchas otras salía a la luz no solo era un referente como canal en sí, sino que iluminaba un caudal creativo propio. Internet es un mundo maravilloso donde encuentras demasiadas cosas que no puedes deglutir, te llevaría una vida estructurarlas. Al final acabas planteándote si todo eso es necesario para ti, al menos yo me lo he planteado, y volvemos al debate ¿qué nos interesa más? el soporte o el contenido. Entre el mundo de los clásicos y la frivolidad de las redes yo tengo claro a qué aferrarme. Me da miedo pensar qué será de los jóvenes desde un punto de vista intelectual en el futuro. Yo he visto hogares de jóvenes universitarios sin ningún libro a la vista, y no es una decisión estética, pienso.

23-12-2021