JUAN ADRIO

ENTREVISTA

Foto de Vanesa (su pareja) en Cabo Udra (Pontevedra).

Nombre completo | Juan Marcos Adrio Fondevila

Año nacimiento | 1971

Lugar de nacimiento | Pontevedra

Estudios | Ciclo de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Diseño Gráfico ‧ Ciclo de Fotografía artística ‧ Licenciatura en Bellas Artes ‧ Doctorado en Bellas Artes en 2016 en la Universidad de Vigo.

Actividad fotográfica | Docencia (Profesor y director de la EASD Mestre Mateo) ‧ Arte

Año de comienzo de actividad | Fotógrafo freelance y diseñador gráfico 1995. Docente desde septiembre de 1999. La actividad artística la he intentado compaginar desde 1999. Pero trabajo sin prisa, ya que soy consciente de que mi principal labor, a lo que dedico, mi tiempo, y además disfruto haciéndolo, es a la docencia.

Estado actual | Activo

Empresa y/o colectivo | He formado parte del colectivo LIBA (Laboratorio de Investigación en Bellas Artes) coincidiendo con las compañeras/os de los cursos del doctorado en la facultad de Pontevedra, etc.

Website | https://www.juanadrio.com/

La obra de Juan Adrio, entre otras cosas, se «entretiene» en las «experiencias vividas» en los límites existentes entre los distintos medios gráficos. Para ello se vale de una técnica impecable ―al contrario que muchos otros artistas que usan la fotografía― fruto de su conocimiento y estudio de la misma durante sus más de veinte años como docente. En esta entrevista nos explicará su viaje como creador, su experiencia como fotógrafo y su visión del mercado del arte en Galicia

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Jose: En el año 1999 comienzas a dar clase de fotografía en la Escola Superior de Arte e Deseño Antonio Failde de Ourense. Tuviste acceso a tu trabajo como profesor porque estudiaste dos ciclos superiores relativos al arte ¿Qué te motivó a realizar esos estudios? ¿Habías tenido contacto con la fotografía antes?

Juan: Pues el primer recuerdo que tengo de la fotografía en mi vida es de niño y se lo debo a mi tío Rafa que era muy aficionado a la fotografía y tenía en la bodega de la casa de mi abuela un laboratorio de b/n. Al parecer yo me metía allí con él y le «ayudaba» (creo, ya que era muy pequeño y hoy solo recuerdo el espacio y la luz roja).

Al Ciclo de Fotografía Artística en Mestre Mateo llego tras haber estudiado el ciclo de Diseño Gráfico en la Escuela Pablo Picasso de A Coruña en el que teníamos la asignatura de fotografía. Allí fue donde aprendí a revelar en b/n, la técnica, etc. Después en Mestre Mateo vimos muchas más cuestiones y más en profundidad. Iluminación, revelados de diapositiva a color, etc.

Jo.: Cuales eran tus inquietudes como fotógrafo al terminar el ciclo de fotografía ¿Qué fotografía te gustaba más por aquel entonces? ¿Tiene algo que ver con la fotografía que más disfrutas viendo hoy en día?

Ju.: Pues entonces mi ilusión era encontrar trabajo de fotógrafo o de diseñador gráfico y tuve la suerte de poder trabajar de las dos cosas. En aquella época me interesaba mucho la técnica y me gustaban los clásicos del grupo f 64. Ansel Adams (me he leído sus tres libros de técnica), Weston, etc. Supongo que en las Escuelas los profesores tenemos esa tendencia hacia darle a la técnica mucha importancia. Pero creo que para «escribir» es importante saber agarrar bien el lápiz y conocer que es un sujeto, un verbo, una frase, etc. Y muchas veces no da tiempo a llegar a ver la poesía debido al poco tiempo que duran los estudios. Por eso es importante la formación continua del alumnado y del profesorado.

Hoy en día disfruto más de toda clase de trabajos fotográficos y artísticos. Creo que lo importante ante cualquier expresión artística es poder regalarse el tiempo suficiente para disfrutar de esa experiencia o propuesta. Después puedes reflexionar sobre eso y haber gozado, sufrido, etc.

Lo peor es cuando algún alumno/a despues de una visita a una exposición te dice que «no entiende» nada. Es verdad, me había olvidado ¿Qué crees que es lo que habrá que entender? Les suelo responder. ¿La música cuando te hace disfrutar necesitas que te la expliquen? Hablemos sobre ello…

Jo.: ¿Qué más te gusta fuera de la fotografía? Cine, música, lectura…

Ju.: Me gusta leer sobre arte, diseño, fotografía. Lo último que he leído es Las leyes de la simplicidad de John Maeda, tengo a medias uno de Kees Dorst Innovación y metodología. Nuevas formas de pensar y diseñar y otro titulado La fotografía de André Rouillé, pero por desgracia ahora me lleva mucho tiempo poder terminar las lecturas, ya que tengo dos personas pequeñas que también me enseñan un montón de cosas. La música está sonando siempre en casa desde música clásica, jazz latino, pasando por cualquier música más experimental, cantautores, etc. Vamos, de todo. El cine también, pero desde el nacimiento de mis dos hijos es prácticamente imposible ir. Tenemos al Numax cerquita, pero casi no recuerdo esa sensación de la pantalla grande.

Jo.: ¿Fue después de terminar el ciclo y antes de comenzar en Antonio Failde cuando rechazaste trabajar como fotoperiodista en Diario de Pontevedra? Cuéntanos esa historia.

Ju.: Bueno esa historia ocurrió como tantas otras por casualidad. Mi padre es periodista y tras estar muchos años en La Voz de Galicia y Antena 3 radio le ofrecieron dirigir Diario de Pontevedra y aceptó. Un día estando en casa mi padre me dejó caer si me interesaría trabajar de fotógrafo. Creo que tardé muy poco en decirle que gracias pero que no me veía trabajando de fotógrafo de prensa (y tenerlo de jefe tampoco era una idea que me entusiasmase). También es cierto que yo tenía otro trabajo. Lo que no recuerdo es si era de diseñador gráfico o ya había comenzado a dar clases en Antonio Failde.

«Pienso que antes el fotógrafo tenía un conocimiento que socialmente era más apreciado por su dificultad técnica, y a esta se unían los demás valores plásticos y conceptuales de la imagen. Creo que ahora el peso del valor de una imagen socialmente está en estos valores plásticos, y no tanto, salvo en terrenos muy específicos, en el apartado técnico o conceptual.»

Jo.: Es ya un clásico en nuestra sociedad decir que todo va muy rápido. ¿Cómo ha cambiado la docencia en fotografía desde 1999? ¿Quizá lo más notable sea que la tecnología cambia sin cesar desde la conversión completa a la tecnología digital?

Ju.: Pues ha cambiado mucho en cuanto a la técnica y no tanto en cuanto a lo fundamental. Yo también he ido cambiando con los años, como todo. En la etapa de la fotografía de proceso foto-químico, esa parte técnica era más importante, ya que si fallabas a la hora de exponer o de revelar los materiales el trabajo estaba perdido. Ahora ves de inmediato si estás cometiendo errores de exposición, puedes volver a revelar tantas veces como quieras el negativo (raw), etc. Vamos, que creo que todo el proceso fotográfico anterior era más desconocido para el público en general y ahora cualquiera sabe hacer una fotografía y revelarla. Casi todo el mundo conoce Photoshop y la terminología de la imagen del proceso llamado digital.

Pienso que antes el fotógrafo tenía un conocimiento que socialmente era más apreciado por su dificultad técnica, y a esta se unían los demás valores plásticos y conceptuales de la imagen. Creo que ahora el peso del valor de una imagen socialmente está en estos valores plásticos, y no tanto, salvo en terrenos muy específicos, en el apartado técnico o conceptual. Ya que se considera que cualquiera es capaz de hacer una fotografía (técnicamente hablando) de calidad. Pero la realidad es que una imagen vista en la pantalla de un teléfono puede parecer interesante, pero el intentar imprimirla en papel puede ser una odisea imposible de realizar. Ahí creo que es donde está lo importante. El fotógrafo debe ser capáz de hacer imágenes que posean esos valores plásticos y conceptuales pretendidos y lograr hacer con ella cualquier cosa que se pretenda sin perder calidad.

La técnica en fotografía ha sido un cambio constante desde su aparición. Con la tecnología digital se han acelerado más los cambios, ya que cada día aparecen nuevos modos de capturar y transformar esos datos numéricos que forman las imágenes. Una cuestión que habría que plantearse es si la denominación de fotografía para lo que hacemos es la apropiada. Creo que la definición de los diccionarios hace tiempo que se quedó corta. Mucha culpa de ello es debido a esa evolución tecnológica constante de la que hablamos.

Jo.: ¿Y los alumnos? ¿Se diferencian en algo todas las generaciones que has conocido? ¿Qué les motivaba cuando empezabas y qué les motiva hoy en día?

Ju.: Los alumnos/as desde mi punto de vista son lo mejor de una escuela. Son la razón de que exista la escuela. Las generaciones van cambiando, pero las ganas de aprender quien las tiene las tiene igual hoy que antes. Ahora suele ocurrir lo contrario que cuando comenzaba a impartir clase. Recuerdo que había ganas por ver como funcionaba la cámara digital. Ahora tenemos algún alumno/a que quiere más horas de laboratorio foto-químico. Lo que siempre les interesa es trabajar con la luz en el estudio. Y lo que menos, para mi desgracia, es leer y reflexionar sobre las teorías fotográficas y aprender a realizar un análisis significativo de las imágenes.

Lo que motiva a alguien a estudiar fotografía es muy variado. Pero generalmente siempre es por querer aprender bien esa parte técnica para intentar trabajar en algo relacionado con la fotografía. Aunque siempre hay algunos/as que debido a su juventud (como creo que nos ha pasado a todos/as en algún momento) no saben contestar muy bien a esa pregunta.

Jo.: Cuando fui alumno tuyo en Antonio Failde me dio la sensación, corrígeme si estoy equivocado, de que te gusta mucho la tecnología, de ser así, ¿Te planteas trabajos en los que te apetezca trabajar con x gadget o simplemente usas la tecnología que crees necesaria después de haber pensado la idea, puramente intelectual, de tu obra?

Ju.: Pues años atrás sí que tengo realizado algún trabajo partiendo de querer probar una técnica para ver que ocurre plásticamente en la imagen. Debido a ese interés mi proyecto final de ciclo de fotografía fue sobre procesos creativos en toma y en laboratorio foto-químico.

Hoy en día trabajo la idea y el concepto y después realizo las pruebas técnicas hasta encontrar aquella que encaja en el proyecto para darle a la imagen el sentido y la plasticidad que busco. Sigo teniendo muy presente la calidad técnica en mis imágenes. No logro librarme de ser muy autocrítico en muchos aspectos y cuido mucho el acabado, la impresión, etc.

Jo.: Una obra tuya cuyo componente tecnológico está muy presente es Mosaicos, en ella realizas, gracias a un programa informático, grandes imágenes con mucho ruido, una vez te acercas a dichas imágenes descubres que están formadas por muchas fotos pequeñas que muestran pornografía. ¿Se trata de la pornografía que no se ve pero que está en todas partes, sobretodo en internet?

Ju.: Fueron unos trabajos muy divertidos. Partía del concepto de cuestionar la hipocresía socialmente establecida en los comienzos de Internet de criticar la cantidad de páginas con contenidos pornográficos que todo el mundo afirmaba no ver, pero finalmente en las estadísticas de las páginas más vistas siempre salían este tipo de páginas.

Partiendo de ahí se me ocurrió emplear esa estrategia de jugar con el espectador y nuestro sistema visual para hacer ese efecto. De lejos se aprecia una imagen y al acercarse se ve que son pequeñas imágenes pornográficas. Vamos un mosaico del siglo XXI.

Me pasé horas estudiando como hacerlo técnicamente hasta dar con un método que mezcla software y manualidad digital, y recortando partes íntimas de imágenes pornográficas para hacer las teselas de las imágenes finales. Pero fue divertido. La reacción de las caras de la gente al ver de cerca las imágenes en ocasiones era muy cómica. Aunque también tuve alguna protesta. Años después he realizado algunos trabajos por encargo en los que me solicitaban aplicar esa técnica.

Jo.: Me imagino que habrá sido muy laborioso si has tenido que obtener todas esas fotos copiandolas una por una de páginas en internet.

Ju.: La primera imagen sí que lo fue. Después vas conociendo más de la técnica y llegas a ver que hay algunos programas que lo hacen de modo automático y vas automatizando algunas partes. Pero yo prefiero hacerlo mitad y mitad y tener un resultado más personal. Pero sí, al principio fueron horas bajando y recortando imágenes.

Jo.: Has hecho una serie titualada Tránsitos en la que muestras lugares de varios aeropuertos mientras la gente transita por él. Henri Cartier-Bresson, que había estado casado muchos años con una mujer Indonesia ya por aquel entonces estaba familiarizado con el budismo, decía que la gente viajaba sin estar en el viaje, pensando en el final del trayecto, pero que él disfrutaba el viaje en sí. ¿Qué te interesa más, mostrarnos a la gente mediante el espacio o hablarnos del espacio mostrándonos el uso que le da la gente?

Ju.: Tránsitos nace de una etapa en la que viajaba yo solo a Barcelona varias veces al año. Cuando viajo solo me gusta observar y disfrutar de esos momentos de tiempo de espera en los aeropuertos. Si no estoy leyendo, hago fotos o escucho música o ambas cosas. Las imágenes las realicé en el antiguo aeropuerto de Barcelona, Vigo y Santiago de Compostela. Aunque finalmente creo que todas las elegidas para exponer eran de Barcelona.

Serie 'Transitos'.
Serie 'Transitos'.
Serie 'Transitos'.

Realmente lo que me intrigaba era el concepto que plantea Mark Augé del «no lugar» y el rol que asumimos las personas al introducirnos en esos espacios. Parecía como si el «yo» se transformase en otra cosa hasta salir del aeropuerto. Todo el mundo parece «unificarse» en un «rol» y olvidarse de su personalidad, ya que estás centrado en no perder el vuelo, etc. Supongo que Bresson se refiere a esto. Si no disfrutas el viaje te estás perdiendo un montón de cosas. Esto es algo que de niños tenemos y vamos perdiendo con los años. Los niños/as pequeños/as disfrutan de cada momento, y yo, gracias a mis hijos, estoy aprendiendo un montón de cosas en éste sentido.

«Los límites difusos que ha traído la “era digital” hacen que las diferencias entre una imagen fotográfica, una ilustración, un grabado, una pintura, etc. Sean más difusos. Son cuestiones que me interesan.»

Jo.: En algunos de tus trabajos estás interesado en hacer imágenes que están entre el blanco y negro y el color ¿Comienza el trabajo con esa idea o la desarrollas durante el proceso de creación?

Ju.: Es una búsqueda consciente. Cada vez me interesa más buscar e investigar los límites del medio fotográfico. Los límites difusos que ha traído la «era digital» hacen que las diferencias entre una imagen fotográfica, una ilustración, un grabado, una pintura, etc. Sean más difusos. Son cuestiones que me interesan. Esa parte de la fotografía que Francois Soulages denomina «el trabajo inacabable del negativo» refiriéndose al proceso de copiado de la imagen que en la «era digital» se ha magnificado al infinito.

Jo.: Al igual que en la serie Tránsito, en tu otra serie Visibilidade mínima, fotografías lugares de paso para ti, creo que se trata del paisaje que veías todos los días desde la autovía Vigo-Ourense. Háblanos un poco de esa obra.

Ju.: Pues es nuevamente un trabajo que surge de mis viajes. Con el nacimiento de mi primer hijo comencé a residir en Vigo, por lo que me desplazaba desde esta localidad hasta Ourense a trabajar. Ese trayecto está plagado de zonas con brumas y paisajes que aparecen y desaparecen continuamente con un efecto que me recordaba esa primera vez de aparición de la imagen en el papel fotográfico tras sumergirla en el revelador.

Jo.: Tengo curiosidad por saber si has parado el coche en la autovía para hacer las fotos, si te has bajado de él o si las has hecho mientras conducías.

Ju.: En respuesta a esta pregunta te diré que tengo una multa de la Guardia Civil «por estar parado realizando unas fotografías panorámicas» y que desde ese trabajo conozco un poco más de la normativa de tráfico.

Jo.: ¿Qué nos ocurre a tantos fotógrafos gallegos que terminamos tarde o temprano fotografiando el mar? ¿Cómo has llegado a la idea de realizar tu serie de horizontes marítimos en Finisterrae?

Ju.: El proyecto Finisterrae (en curso) que dió lugar a la exposición Tempo Gris surge de dos situaciones especiales. Por un lado un viaje con un profesor invitado de la India en la escuela de Ourense (Anik Nandi) que nunca había visto el Oceano Atlántico y lo invité a pasar un fin de semana por las Rías Baixas. Recorrimos en un fin de semana de mal tiempo, desde A Garda hasta San Vicente do Mar. Ver su reacción ante «nuestro paisaje» me hizo pensar en aquella frase de Edward Weston de «todo está en cualquier parte». La segunda situación se produjo unas semanas después, leyendo un libro de Eduardo Galeano me encontré con el relato titulado «El sentido del arte», en el que se narra la historia de un niño que nunca había visto el mar.

Tras leer el cuento de Galeano comencé realizar la planificación y las primeras tomas del proyecto Finisterrae.

Jo.: Durante tu carrera como profesor de fotografía decides estudiar Bellas Artes en Pontevedra, así que durante unos años compaginas tu profesión con los estudios de la carrera ¿Cómo resumirías la esperiencia de tu paso por esa facultad?

Ju.: Bueno en esos momentos vivía en Pontevedra y era maestro de taller. Para poder ser profesor tenía que tener estudios superiores. Por lo que me decidí a hacer Bellas Artes y poder optar a la plaza de Profesor cuando la convocasen.

Mi paso por la facultad fue una experiencia interesante. Son unas enseñanzas basadas en lo conceptual que, en mi caso, completaron mi formación. Otra cuestión es la de compañeras/os que no partían de poseer algún dominio técnico suficiente para poder realizar sus trabajos. También como profesor ver a otros docentes te sirve para intentar tomar lo bueno e intentar evitar lo menos bueno de su labor en tu trabajo docente. Así que durante los cinco cursos de carrera saqué muchas cosas de provecho, tanto a nivel personal como a nivel docente.

Jo.: Imagino que pensarás que si no hubieses pasado por la facultad de Bellas Artes a día de hoy tu obra sería distinta, ni mejor ni peor, distinta, quizá con otros discursos.

Ju.: Sin duda. Toda experiencia vivida nos moldea y nos hace ver partes y cuestiones que por desconocimiento no llegas a platearte. Realizar cinco cursos, más dos de doctorado, más la tesis doctoral, ha sido mucho trabajo y mucho aprendizaje que, indudablemente, estará presente en mi y en todo lo que hago.

Jo.: Tu tesis doctoral es sobre la gestión de color en la impresión gráfica. Dudo mucho que un sólo profesor de Bellas Artes te haya enseñado algo de ello, quizá alguno de grabado, así que supongo que has sido autodidacta en algo tan sesudo. ¿Qué te motivó a escoger ese tema?

Ju.: Pues un poco autodidacta en los contenidos he tenido que serlo. He leído a muchas personas que realizan estudios muy técnicos y he tenido ayuda de profesionales del sector como de la empresa Digipress de Vigo. Por otro lado en la parte de como enfocar la investigación, etc., sí que he tenido ayuda del profesorado de la facultad y de Kako Castro como director de tesis.

El tema de la misma parte de esa curiosidad técnica de la que hablamos antes, y ese interés por llevar mi trabajo a esos límites que te he comentado anteriormente, hacen que quiera saber como poder traducir eso que veo en el monitor al papel tal y como quiero hacerlo.

Por otro lado la gestión del color en la imagen «digital» es una parte fundamental a explicar al alumnado del ciclo. Por lo que era un terreno en el que coincidían cuestiones personales y profesionales.

Jo.: Deduzco que tú mismo imprimes tus fotografias.

Ju.: Suelo hacerlo siempre que puedo. Aunque en ocasiones por tamaño o técnica elegida recurro a laboratorios externos como Lab-In en Vigo.

Jo.: Corrígeme si me equivoco pero creo que no estás representado por ninguna galería de arte. Para el que no lo sepa Juan ha expuesto en Photo España su serie Tránsitos al lado de gente como Alberto García Álix ¿No te interesa estar en una galería o no se ha dado la ocasión?

Ju.: No es muy correcto esto que comentas. Tengo una imagen en la colección Enaire tras ganar el segundo premio de su Premio Internacional en el año 2012, y esa imagen suele compartir exposiciones con todos estos autores que aparecen en los libros de fotografía española contemporánea de primer nivel. Ese año 2012 comenzó a colaborar la Fundación Enaire con PhotoEspaña y a tener a los premiados y seleccionados con una exposición en la sección oficial del festival. Por cierto he repetido participación en el 2018 al ser seleccionado finalista.

Este año [2020] también he participado en el Festival Off Photoespaña con la Galería Luisa Pita de Santiago de Compostela con la que trabajo habitualmente. Con un proyecto realizado en el confinamiento titulado Un raio de luz na escaleira. Donde una imagen también ha sido finalista del concurso de la Fundación Enaire realizado en Instagram.

'Un raio de luz na escaleira'
'Un raio de luz na escaleira'

Jo.: Tienes experiencia vendiendo tu obra, una vez me dijiste que habías vendido una foto en una casa de subastas de arte y antiguedades de Barcelona, creo recordar. Hoy en día en Galicia todo el mundo dice que las pocas galerías que existen venden muy poco. No dudo que eso sea así, estoy seguro de que es así, pero también creo que los artistas que están en galerías son un poco como los pescadores que les dicen a los otros pescadores que nunca traen nada a puerto ¿Tú que piensas?

Ju.: Mi obra a día de hoy se puede encontrar en la Galería Luisa Pita de Santiago de Compostela, en Lab-In en Vigo y en La Suite Subastas de Barcelona. Mi experiencia personal es que las Galerías no venden mucho a corto plazo. Pero con el tiempo si el trabajo es bueno se va vendiendo. En mi caso, recuperar la inversión y quizás ganar algo con las ventas tras realizar una exposición me lleva una media de dos años. Pero es complicado.

«… creo que no somos un país con una cultura de comprar arte. […]. Harían falta medidas fiscales, etc. para cambiar esa concepción de la sociedad y que se animase a comprar originales a los artistas y galerías en lugar de láminas que van a enriquecer a las multinacionales y nunca van a ayudar a que el artista siga creando.»

Jo.: ¿Crees que los autores deberían buscar nuevos caminos para la venta como webs que vendan fuera de Galicia, tiendas de antiguedades, tiendas de muebles de calidad o de decoración?

Ju.: Pienso que se pueden buscar muchos caminos. Pero creo que no somos un país con una cultura de comprar arte. No hay desgravación fiscal en hacerlo como en Francia, por ejemplo. Harían falta medidas fiscales, etc. para cambiar esa concepción de la sociedad y que se animase a comprar originales a los artistas y galerías en lugar de láminas que van a enriquecer a las multinacionales y nunca van a ayudar a que el artista siga creando. Creo que todo pasa, como en muchas otras cuestiones, por educar a la sociedad en esto.

Jo.: Tienes una serie titulada Fantasmagorías, en ella muestras a gente de todas las edades mirando pantallas de dispositivos móviles, personalmente no me parece un trabajo de crítica a la tecnología pero sí afloran en mi ciertos sentimientos de ambiguendad, quizá sea por la sobreexposición de luz que se observan en las caras de los fotografiados. Decía Eduardo Punset en una conferencia que no hay que asustarse de que los niños estén tan expuestos a los nuevos dispositivos, al contrario, que tienen que estar expuestos a las más estimulaciones posibles. Al mismo tiempo te enteras de que los hijos de magnates de la tecnología asisten a colegios donde todos su aprendizaje es analógico. Yo creo que el problema no es tanto la exposición a esas tecnologías como la sobreexposición, y más aún, creo que el verdadero problema es la exposición no controlada por adultos. Todos los niños que conozco, tengan los padres y la educación que tengan, a la hora de escoger el contenido que ven suele ser bastante malo. ¿Qué nos puedes decir de tu serie y qué piensas acerca del uso de las tecnologías en el día a día?

Ju.: Cuando me veo a mí mismo absorto en la pantalla y a mi familia, amigos, etc. haciendo lo mismo me pregunto si realmente estos dispositivos sirven para «comunicarnos». Parece como que el que está a tu lado no fuese importante y solo te interesa el que está lejos, en la pantalla.

Creo que tenemos que hacer un uso responsable de la tecnología y educarnos y aprender todos en como hacerlo. No pretendo plantear una crítica. Prentendo lograr que el espectador se plantee justamente preguntas como las que me formulas. Aunque tampoco tengo respuestas.

Jo.: Por último quisiera añadir algo que dice bastante de Juan. Cuando presenté mi trabajo de fin de ciclo en la Escola Superior de Arte e Deseño Antonio Failde, al terminar mi exposición, como es habitual en todas las exposiciones, el público del salón de actos y los profesores del tribunal que estaban sentados delante de mi comenzaron a aplaudir, el único profesor que aplaudía con una sonrisa y cara de orgullo hacia el alumno que acababa de exponer era Juan, se notaba que le gustase o no lo que había visto, lo había disfrutado, fuese por sentirse orgulloso de uno de sus alumnos, de su labor como docente, de la escuela… Los demás tenían cara como de: «Bueno, ¿y ahora que nota le pongo yo a este?». Años después lo comenté con dos ex compañeros míos del ciclo y su respuesta fue: «¡Sí! Yo también tuve la misma experiencia».

Ju.: Muchas gracias por tus palabras. La verdad, ser recordado de este modo por un alumno, después de tantos años, para mí es muy emocionante y la mejor recompensa que puede uno tener. Si además los ves ganar premios importantes, seguir disfrutando y realizando proyectos fotográficos como éste, y que piense en uno como parte de sus «elegidos» es como para estar orgulloso (aunque todo eso ya lo traen los alumnos, solo se trata de no quitárselo, tal y como dice Ken Bain)

Jo.: Un fuerte abrazo.

Ju.: Otro para ti.

30-08-2020