RAMÓN LOUREIRO CALVO

ENTREVISTA

Foto: Daniel Díaz Trigo

Nombre completo | José Ramón Loureiro Calvo

Año nacimiento | 1965

Lugar de nacimiento | Fene

Estudios | Ciencias Religiosas en el Instituto Superior San Agustín | Humanidades

Actividad fotográfica | Documental

Año de comienzo de actividad | 1987

Estado actual | Inactivo

Empresa y/o colectivo | Ninguno

Sitio web | Ninguno

Ramón Loureiro Ha practicado una fotografía documental que en estos tiempos posmodernos se le llama «clásica». Un estilo que en la segunda mitad del siglo XX estaba muy presente en libros, periódicos, revistas, e incluso, la moda y la publicidad adoptaba su lenguaje muy a menudo. Para los que no conozcan su obra, Ramón ha documentado la vida y trabajo de los astilleros de Ferrol y la vida y trabajo en As Pontes de García Rodríguez en una época en la que dicho pueblo vivía de la extracción de carbón y de su central energética

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Jose: ¿Cuando, cómo y por qué te acercaste a la fotografía?

Ramón: La verdad es que soy incapaz de recordar de dónde procede mi interés por la fotografía. Supongo que, de una forma u otra, ese interés siempre ha estado presente en mí. Sí recuerdo, en cambio, cuándo comencé a hacer fotos: cuando tenía unos veinte años.

J.: ¿Qué te ha influído más a la hora de fotografiar de la forma en que lo haces? Pregunto esto porque intuyo que la fotografía no es tu única inspiración y ¿Qué fotografos te han influído más cuando empezabas?

R.: Fueron muchos los fotógrafos que me sirvieron de inspiración. Muchos. Especialmente Koldo, claro, Koldo Chamorro de Aranzadi. Pero me ha interesado mucho, también, y me sigue interesando, la de Koudelka. Y la de Miguel Río-Branco. Y la de Manolo Sendón. Y la de Vari Caramés. Y, por supuesto, toda esa inmensa relación de clásicos que va desde Cartier-Bresson hasta Doisneau, pasando por Inge Morath. Me resulta muy difícil reducir todo eso a media docena de nombres.

J.: Muchos artistas que usan la fotografía reniegan llamarse fotógrafos, y tú, que practicas una fotografía «tan de fotógrafo», me has dicho que no te consideras como tal ¿Lo dices porque no estás activo? ¿Te has considerado fotógrafo en algún momento?

R.: Bueno, yo he tenido una relación muy corta, en el tiempo, con la fotografía. Es algo que pasó por mi vida en mi juventud, y de lo que yo ya estoy francamente alejado. Las únicas fotos que yo hago ahora, prácticamente, y no es poco, son las de aquellos a quienes quiero y las de los lugares que forman parte de mí. ¡Ah, bueno…! Y por supuesto tengo una cuenta de Instagram en la que comparto, con mis amigos, imágenes a las que no se les puede llamar fotografías. Porque la fotografía, como dice Fontcuberta, ha de habitar el territorio de la memoria, de lo que precisa ser recordado. Y las imágenes sin trascendencia alguna que yo tomo con el móvil solo son pequeños abrazos de luz que me gusta compartir con mis amistades.

«No he sido un fotógrafo profesional, en la medida en la que la fotografía no ha sido mi profesión. Pero la fotografía, durante el tiempo en el que estuve vinculado a ella, a comienzos de los años noventa, tuvo un lugar central en mi vida.»

J.: Nunca has sido un fotógrafo profesional, corríjeme si me equivoco, sin embargo has publicado dos libros fantásticos con las maneras de un profesional o un fotógrafo avanzado, el primero se llama Acero sobre el agua (1992) y el segundo Aspontes (2003) Cuéntanos de qué tratan esos libros y por qué has decidido trabajar esos temas.

Del libro 'Acero sobre agua'
Libro 'Acero sobre agua'
Libro 'ASPONTES'

R.: No he sido un fotógrafo profesional, en la medida en la que la fotografía no ha sido mi profesión. Pero la fotografía, durante el tiempo en el que estuve vinculado a ella, a comienzos de los años noventa, tuvo un lugar central en mi vida. Y lo sigue teniendo en mis recuerdos. He tenido la suerte de haber conocido a muchos de los grandes fotógrafos del mundo, y como ser humano aprendí mucho de ellos: de su forma de mirar y de su generosidad inmensa.

J.: Supongo que después de tu segundo libro te has dedicado a tus dos profesiones, la de periodista en La Voz de Galicia y la de escritor. ¿Nunca se te ha pasado por la cabeza fotografiar para La Voz de Galicia en lugar de, o a la vez que, escribir?

R.: Aunque mi profesión es el periodismo escrito, yo he publicado a veces fotografías en el periódico, claro que sí. De hecho, hay un libro, Donde Europa comienza, que recoge una serie mía de «viajes sentimentales» en los que me acompañaba con una «cámara de juguete» que utilizaba para ilustrar aquello.

J.: Has nacido en Fene, a un lado tenías a Ferrol con su industria del naval y al otro lado As Pontes con su minería. Tu primer libro trata de los astilleros, creo que de Ferrol, y tu segundo libro trata de la minería en As Pontes. ¿Se cumple así en tu caso el tópico de documentar lo que uno conoce, documentar «desde dentro»?

R.: Mi primer libro, Acero sobre el agua, recoge imágenes del astillero ferrolano de Bazán. El segundo, Aspontes, es un ensayo fotográfico que refleja el mundo de As Pontes de García Rodríguez, que entonces giraba en torno a la mina de carbón a cielo abierto y a la central de energía eléctrica en la que se ese carbón se utilizaba. Nunca quise tener la mirada de un turista. Siempre quise «fotografiar desde dentro». Por eso fotografié a los míos…. junto a los míos.

J.: La editorial de tus dos libros de fotografía es de Ferrol y se llama Liceo Rubia Barcia ¿Cuéntanos algo de ella?¿Existe a día de hoy? ¿Publicaste en el Liceo por que tú se lo propusiste? ¿Han apostado o seguirán haciéndolo por la fotografía documental?

R.: El Liceo Rubia Barcia fue una institución ferrolana, hoy tristemente desaparecida, que tuvo un papel muy importante también en el mundo de las publicaciones. Fundamentalmente en todo lo relacionado con la historia, el pensamiento y la literatura, pero también en el ámbito de las artes plásticas, incluida la fotografía. El Liceo fue fundamental para mí, y mi gratitud con él siempre será inmensa. Como siempre estaré agradecido, también, a la Fotobienal de Vigo.

J.: Me has dicho que la edición fotográfica de tus libros la hizo tu amigo el fotógrafo Koldo Chamorro ¿Cómo os conocisteis? y a parte de eso ¿Cómo fue la experiencia de la edición?

R.: Nos conocimos cuando asistí a un taller que él dirigía. Y fuimos grandes amigos hasta su muerte. En cuanto a la edición de aquellos dos libros, fue una experiencia magnífica. Tanto en lo fotográfico como en lo humano.

J.: Tu primer libro es de 1992 y tiene una foto de portada increíble, para la gente joven puede ser extraño pensar que no era tan fácil llegar hasta esa estética y asimilarla, en una época sin Internet y casi sin literatura fotográfica ¿Cómo accedías a la fotografía como espectador en la época anterior a tu primer libro

Foto de la portada del libro 'Acero sobre agua'

R.: Modestamente, creo poder decir que siempre tuve buena biblioteca fotográfica. Compraba, a través de librerías de Madrid, casi todo lo que se publicaba en Francia. Jamás me sentí aislado, en ese sentido. Bien al contrario. Y en los años siguientes tuve la suerte de poder conocer a muchos de los grandes nombres del fotodocumentalismo mundial. Con algunos, a pesar de lo alejado que ya estoy de todo ese mundo, sigo manteniendo una afectuosa relación hoy en día.

«La Fotobienal hizo de Vigo una de las capitales mundiales de la fotografía, y yo siempre estaré en deuda con Vigo por ello.»

J.: En los dos libros recopilatorios de la Fotobienal de Vigo aparece tu trabajo Aspontes, ahora mismo no recuerdo si aparece también el de los astilleros, así fue como conocí tu obra, siempre fuiste un fantasma para mi, no sabía quien eras ni porqué no se daban a conocer nuevos trabajos tuyos. Cuéntanos tu experiencia con la Fotobienal de Vigo y qué acogida tuvo tu trabajo por parte del público.

R.: Aspontes es un ensayo fotográfico que nació de una beca de la Fotobienal de Vigo, precisamente. Guardo de las distintas ediciones de la Fotobienal un maravilloso recuerdo. La Fotobienal hizo de Vigo una de las capitales mundiales de la fotografía, y yo siempre estaré en deuda con Vigo por ello.

J.: Desde el 2003 sólo has publicado en una revista una serie de fotografías realizadas en Mondoñedo, la serie se llama La vieja estirpe. Uno cuando las ve no sabe en que década han sido realizadas, se puede intuir que no son antiguas por la calidad de los colores, pero no tanto por lo que vemos en ellas ¿Qué querías captar en esa serie?

R.: La vieja estirpe es un pequeño ensayo fotográfico, en el que en realidad no solo aparece Mondoñedo, que publiqué, sí, en Rudesindus, la revista de la Academia de San Rosendo, institución a la que yo también pertenezco. Y a través de la red puede accederse fácilmente a una versión en PDF. Es un ensayo en color en el que quise prescindir por completo de las convenciones del lenguaje fotográfico.

J.: ¿Cuánto tiempo te ha llevado realizar La vieja estirpe? Si me respondes que una o dos semanas te diré que es una pena que no seas fotoperiodista porque da la impresión de que resuelves muy bien las tomas de forma rápida.

R.: No sabría darte una respuesta concreta, pero muy poco tiempo, la verdad.

«… no me interesa tanto la fotografía como hecho físico (la cámara, la película, etcétera) como la mirada.»

J.: ¿Cómo fotografías? Parece que en tus libros la fotografía es sosegada y con la plena aceptación del fotógrafo como algo presente y visible en la escena, pero en La vieja estirpe da la ipresión de que fotografías a la gente de una manera más furtiva.

R.: Tal vez sea así, no lo sé. Lo cierto es que no me interesa tanto la fotografía como hecho físico (la cámara, la película, etcétera) como la mirada. Lo que me importa es «ver para comprender», como un día le escuché decir a Sebastiao Salgado.

J.: Usas una Leica, siempre me ha parecido doblemente meritorio fotografiar con ella, es cierto que antes uno parecía un aficionado con ella en la mano por lo que llamaba menos la atención, es pequeña y además no hace ruído al disparar, pero enfocar siempre me ha parecido realmente incómodo por como se ve la escena por el visor y hay que ser un veloz artesano pues no tiene autofoco ¿Por qué has usado Leica?

R.: Esencialmente uso una Leica, sí. Una Leica M6, una cámara de telémetro. Que en realidad no es un objeto, sino una manera de mirar.

J.: ¿Quién revelaba y positivaba tu trabajo? ¿Lo hacías tú? De ser así ¿Te gustaba? ¿Qué aspectos te parecían más importantes para tu trabajo a la hora de positivar?

R.: Las cosas sin importancia las revelaba yo mismo, pero las fotografías de verdad me las revelaba y me las positivaba el gran Tino Martínez, que por cierto es otro fotógrafo del que también he aprendido mucho y al que siempre he admirado.

J.: El fotógrafo Carlos Puga, nos habló en su entrevista, de las revistas gallegas que existían en los noventa ¿Has publicado alguna vez en alguna de ellas o te has ceñido sólo a tus dos libros?

R.: Publiqué en revistas de ámbito español, como FV, y también en publicaciones de ámbito académico. Pero en este momento ya no sabría concretarte más…

J.: ¿Qué opinas de la fotografìa de prensa en Galicia? ¿Qué piensas respecto a la imágen cuando lees el periódico?

R.: La fotografía de prensa en Galicia tiene un nivel excepcional, magnífico. Hay gente absolutamente excepcional. Toda mi admiración.

J.: ¿Como fotógrafo documentalista tienes alguna espina clavada?

R.: La verdad es que no. Yo ya no soy la persona que tomó todas aquellas fotografías.

J.: ¿Nos deleitarás con algún trabajo fotográfico en el futuro o has cerrado la puerta para siempre?

R.: Me gustaría contestar que sí, pero sinceramente no lo creo. Para mí ha quedado demasiado atrás, ya, todo eso…

12-10-2020