RAMÓN VAQUERO

ENTREVISTA

Autorretrato

Nombre completo | Ramón Vaquero Aldazábal

Año nacimiento | 

Lugar de nacimiento | Vigo

Estudios | Ingeniería Técnica Industrial | Piano, Conservatorio Superior de Música, Vigo.

Actividad fotográfica | Arte | Comercial

Año de comienzo de actividad | 1999

Estado actual | Activo

Empresa y/o colectivo | Ramón Vaquero, fotografía

Website | https://www.ramonvaquero.com

Ramón Vaquero es un fotógrafo de la ciudad de Vigo muy conocido internacionalmente, sus fotos, con una estética muy definida, han ganado infinidad de concursos al rededor del mundo, sus trabajos han sido premiados, mostrados en exposiciones y publicados internacionalmente en países como España, Austria, Holanda, Suecia, Reino Unido, Francia, Brasil, India, USA, Japón, Australia o Nueva Zelanda entre otros. Después de más de veinte años como profesional, Ramón nos cuenta cómo ha sido su carrera, apoyada en muy distintos y variados tipos de trabajos con una gran variedad de clientes, sin dejar de hablarnos sobre sus inquietudes artísticas e influencias

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Jose: ¿Cómo y cuando fue tu acercamiento a la fotografía?

Ramón: Tenía 9 o 10 años, cuando mis padres me regalaron una cámara Nera 35. En casa siempre hubo tradición fotográfica, y eso facilita que se tome como algo más espontáneo. No comencé a tomarlo en serio hasta cumplir 20 o 25 años, no lo recuerdo con exactitud. A pesar de estudiar algo totalmente distinto, un día decidí que esto era lo que quería hacer realmente: fotografiar de una forma personal y creativa, pero con una base en la realización comercial como profesión seria.

«Soy autodidacta, el camino quizá más largo al tener que encontrar las respuestas correctas por tus propios medios. Pero el más libre y posiblemente reconfortante.»

J.: ¿Has estudiado fotografía en alguna escuela, con alguien, o eres autodidacta?

R.: Soy autodidacta, el camino quizá más largo al tener que encontrar las respuestas correctas por tus propios medios. Pero el más libre y posiblemente reconfortante. Adicionalmente asistí a un taller excelente sobre retoque de piel hace ya unos años, pero eso es todo.

J.: Un día hablando de gestión de color con un copista de Vigo este me contó que tú eras muy bueno en ello, creo recordar que me dijo que habías empezado trabajando en una tienda de fotografía en los noventa y que con la máquina del proceso C41 te dejabas los ojos haciendo todo tipo de control sobre el color ¿es cierto eso? ¿Siempre te ha atraído tanto una fotografía, tan poderosa en color, como la que haces ahora?

R.: En realidad la técnica que aprendí sobre gestión de color en analógico sirvió de muy poco al realizar la transición a la imagen digital. Quiero decir que los principios físicos básicos son los mismos, pero mi gestión en el proceso digital está más basada en mi propia percepción del color (no siempre correcta) que en una técnica rigurosa. Aún así estudié con profundidad varios volúmenes técnicos, principalmente El Color en la Fotografía Digital, de Tim Grey, entre otra media docena de textos, y asenté mis bases en todo el engorro que supone gestionar un color correcto en el flujo de trabajo diario. Me di cuenta de que lo más importante en la fotografía digital era la gestión de color. Si aplicas bien el color desde el principio, todo lo que viene a continuación irá por el lado correcto.

Siempre me ha atraído la fotografía en color desde que comencé a fijarme en los grandes clásicos de la fotografía de los años setenta, pero igualmente me atrajo siempre el lenguaje monocromo. Aunque mi fotografía en color parece llamar más la atención, curiosamente por utilizar una gama de colores muy restringida (casi nunca hay más de tres o cuatro colores básicos en una misma imagen) me gusta expresarme también en muchas ocasiones en blanco y negro. Son dos idiomas diferentes con sus propios matices, y cada uno comunica mejor que el otro dependiendo de la imagen. El problema llega cuando una fotografía funciona bien en ambos lenguajes… ¿Por cual de ellos te decides? Puede llegar a ser complicado.

J.: Cuanta importancia tiene para ti, en porcentaje, la captura y la edición para conseguir los resultados que muestran tus fotos de estudio.

«Algunas de mis fotografías que parecen tener un mayor trabajo de procesado y retoque posterior, en realidad están trabajadas en el momento de la toma; y otras que parecen más simples, en realidad han exigido una postproducción más exhaustiva de lo que aparentan.»

R.: Nunca me lo he planteado en términos de porcentaje, es imposible. Pero la captura debe ser siempre la mejor posible, sin concesiones. En cuanto a la edición, esa parte todavía tan mal vista en algunos sectores, es algo que disfruto al máximo. Es algo tan creativo y determinante como la captura, incluso más. Es una parte del proceso susceptible de una evolución más rápida, al menos en términos estéticos. Y la afronto sin ningún tipo de prejuicios al respecto. Si me permite llegar al resultado que deseaba, ¿por qué no hacerlo? Mi fotografía no es documental, ni siquiera narrativa. Se trata de crear o producir una imagen, o una serie de fotografías. Es como escribir una novela, en vez de un ensayo, o de realizar una película en vez de un documental. Todo es válido, ninguna opción debe de excluir a otra. Dicho esto, algunas de mis fotografías que parecen tener un mayor trabajo de procesado y retoque posterior, en realidad están trabajadas en el momento de la toma; y otras que parecen más simples, en realidad han exigido una postproducción más exhaustiva de lo que aparentan. Me gusta que exista esa especie de equívoco o de juego.

J.: R.: ¿Cuales son tus gustos en fotografía y tus influencias más directas?

Me atraen mucho los hallazgos estéticos de una parte de la fotografía de moda y beauty, esa desinhibición en mostrar la belleza del conjunto de una imagen. Por eso mis influencias más directas suelen estar en algunos fotógrafos de moda que aportan mucho más que la mera estética: Albert Watson, Jean Baptiste Mondino, Peter Lindberg, Javier Vallhonrat… su trabajo, incluso el considerado como comercial, los define realmente como autores y pueden ser ya considerados como clásicos cuya obra es histórica, aunque actualmente no dejo de descubrir gente nueva, alguna casi tan buena o más…

«La fotografía de diferentes géneros es muy enriquecedora, de todos ellos puedes aprender infinidad de conceptos que pueden influir muy positivamente en tu trabajo, aunque jamás llegue a esa altura.»

De todas formas, cuando empezaba en esto me fijaba en autores que no tienen nada que ver, pero de los que me he nutrido al menos estudiando su trabajo: el manejo del color y la composición de las abstracciones de Fontana, los paisajes vacacionales de Joel Meyerowitz, el mundo literario de José Manuel Navia, la sensiblidad de Castro Prieto… los increíbles retratos de Arnold Newman, clásicos como Edward Weston… por citar sólo unos pocos. La fotografía de diferentes géneros es muy enriquecedora, de todos ellos puedes aprender infinidad de conceptos que pueden influir muy positivamente en tu trabajo, aunque jamás llegue a esa altura. No se trata de imitar, se trata de aprender y construir tu propia aportación visual.

J.: ¿Buscas ideas o inspiración para tus trabajos en otros campos ajenos a la fotografía?

R.: Hay una frase de Ansel Adams de sobra conocida, que dice algo así como detrás de cada fotografía que realizamos están nuestras vivencias, los libros que hemos leído, las películas que hemos visto, la música que escuchas, las personas, etc. Pienso que define todo esto a la perfección, nuestra visión es un legado de influencias vitales y las ideas se encuentran en cualquier parte. De eso creo que trata la fotografía, de contar con una mente abierta al mundo y a enriquecer nuestra cultura visual con todo lo que vivimos y nos atrae.

En ocasiones, cuando reviso mi trabajo e intento recordar cuál fue el origen de una fotografía en concreto, casi siempre está en un cúmulo de casualidades y aportaciones externas: si no hubiese conocido a determinadas personas, aunque no participasen directamente en la realización ni en la concepción de esas imágenes seguramente no habría llegado a ese resultado. O si no hubiese escuchado nunca esa música, visto esa escena de una película o me hubiese impresionado determinada lectura, probablemente muchas de mis fotografías nunca existirían.

Aunque pienso que la fotografía es básicamente una actividad con un componente individual e introspectivo muy fuerte, nunca olvido el valor que suponen las aportaciones (conscientes o no) de tantas personas.

J.: ¿Realizas fotografías en tu tiempo libre? ¿Cómo y qué te gusta fotografiar?

R.: Seguro que me ocurre como a muchas fotógrafas y fotógrafos: ¡en ocasiones no eres consciente de cuando estás trabajando o de cuando fotografías por placer! Creo que es una buena señal. De todas formas, me gusta hacer paisajes o arquitectura para relajar mi carga fotográfica. Los realizo sin ninguna pretensión ni imposición, sólo por el hecho de fotografiar, aunque empiezo a disponer de un cierto catálogo de imágenes de todos esos momentos.

«Reivindicar los orígenes no implica relegarse a un cómodo estancamiento, ni es un ejercicio de nostalgia, sino que contribuye a una solidez para comprender mejor tu propia evolución presente y futura.»

J.: ¿Cuál fue el último libro de fotografía que has comprado?

R.: Pues el último me lo regalaron, La invención de la fotografía. La imagen revelada de Quentin Bajac (Ed. Blume). Explora los primeros 50 años de la fotografía, un viaje muy interesante y que da una perspectiva curiosa con respecto al panorama que vivimos en la actualidad.

J.: ¿Ah sí? ¿A qué te refieres?

R.: Bueno, el libro describe todo a lo que se enfrentaron en esos años: una técnica nueva, la reivindicación de la fotografía como una forma de arte, los derechos de autor sobre las obras, la popularización de la fotografía… ¿Verdad que nos suena de algo todo esto? Son circunstancias que de algún modo continúan vigentes. Nos preocupa evolucionar, innovar, y en realidad casi siempre hay alguien que ya ha recorrido ese camino antes que nosotros. Tengo la sensación de que es fácil obviar esas bases tan fascinantes sobre las que está asentada la fotografía. Reivindicar los orígenes no implica relegarse a un cómodo estancamiento, ni es un ejercicio de nostalgia, sino que contribuye a una solidez para comprender mejor tu propia evolución presente y futura.

'Lighting Dress'. Premiada en USA, Uk, Japón. Francia. Suecia y España. 2015

‘Lighting Beauty’. Premiada en los Chromatic Awards. 2019

«Hay una fina línea entre incorporar tus fuentes y la mera imitación, y ésta última nunca me ha interesado. Es muy complicado crear un lenguaje nuevo, pero al menos si logras que tu trabajo sea reconocible ya es un primer paso.»

J.: La parte de tu trabajo que es tan premiada me recuerda mucho a los años setenta y ochenta, Cuando veo tus retratos de mujeres siempre me viene a la cabeza la revista The face diseñada por Neville Brody, la revista i-D, ambas de los años ochenta o las fotografías de Grace Jones hechas por Jean-Paul Goude que también han sido publicadas en The face. También relaciono tus fotos con la música New wave. ¿Tú ves en tu trabajo esas similitudes con esa época?

R.: Sí, por supuesto, es una época muy marcada estética y culturalmente que viví muy joven. A esa edad absorbes muchas influencias que inevitablemente quedan como un poso, y el trabajo que citas de retratos y portadas de Jean-Paul Goude para álbumes de Grace Jones es tremendamente icónico. Pero creo que mis imágenes tienen una mayor influencia de la fotografía que realizaron en los noventa y los dos mil los ya citados Mondino, Albert Watson, o Francis Giacobetti… Aunque siempre he tenido claro que me interesaba desarrollar un lenguaje propio, si no innovador, al menos personal. Hay una fina línea entre incorporar tus fuentes y la mera imitación, y ésta última nunca me ha interesado. Es muy complicado crear un lenguaje nuevo, pero al menos si logras que tu trabajo sea reconocible ya es un primer paso.

J.: Me da la impresión, corrígeme si me equivoco, que lo que más disfrutas son los retratos o los trabajos comerciales que implican un retrato ¿es así?

R.: Bueno, me gusta fotografiar muchos motivos diferentes, que casi siempre están encuadrados en géneros clásicos: retrato, paisaje, arquitectura… Me aburriría estar supeditado a un solo género. Pero es cierto que me muevo con más comodidad en el retrato, donde puedo desarrollar un trabajo más personal, sea un encargo o sea un trabajo propio. Sobre todo en el estudio, me parece muy interesante el hecho de partir completamente de cero, construir tu propia atmósfera lumínica y tu propio espacio sin condicionantes de localizaciones externas. Creo que es ahí donde puedo llevar mis imágenes lo más lejos posible. Aunque no descarto ninguna posibilidad.

J.: ¿Cómo consigues ganar tantos premios? ¿Sigues alguna estrategia? ¿Te has hecho un nombre dentro de ese tipo de concursos y es más fácil ganar ahora que cuando empezaste a presentarte?

R.: Eso no es tan importante. Nunca he realizado una fotografía para ser presentada a un concurso, al contrario: busco los certámenes en los que pueda tener cabida mi trabajo personal. Si no, me abstengo de participar. Por tanto no sigo ninguna estrategia, no existe una fórmula con la que ganar muchos premios. Para mí son un vehículo en el que dar a conocer mi trabajo, tan válido como realizar una exposición o publicar un libro (y en no pocas ocasiones el premio conlleva participar de ambos). El hecho de resultar premiado en un certamen relevante implica que tu trabajo va a contar con una buena difusión y por tanto va a ser visto en ámbitos a los que individualmente nunca llegarías. Aunque he participado en exposiciones y libros, de momento no lo he hecho individualmente, así que este es mi medio de difusión. Por tanto no es mi propósito hacerme un «nombre» en los concursos, ni siquiera el hecho de ganar, sino que lo importante es dar a conocer mi trabajo. Lógicamente, al ganar, la difusión es mayor incluso a nivel internacional, algo que no estaría a mi alcance de no ser por esto.

En cuanto a si es más fácil resultar premiado ahora que antes, no lo sé. Pero si fuese así significaría que al menos he aprendido algo con el tiempo, no porque supuestamente me haya hecho un nombre, ni es esa la intención.

J.: ¿Gustas más en España, fuera o por igual? ¿Te ayudan los concursos a expandir tu cartera de clientes fuera de Vigo?

R.: La verdad es que tengo la sensación de que quizá gusta algo más fuera que aquí… Al menos porque mi trabajo personal ha recibido un reconocimiento más directo en otros países. Posiblemente se deba a que siempre he intentado que mi fotografía pudiese ser vista e interpretada independientemente de la procedencia del espectador o de su localización, que tuviesen una vocación internacional en ese sentido.

Es cierto que de alguna forma, los premios han ayudado a que se me conozca fuera de Vigo y afianzase unos cuantos clientes fuera de mi ciudad, lo cual es muy de agradecer.

J.: ¿Qué clientes te demandan o permiten más libertad creativa? ¿Podrías ponernos dos ejemplos? Uno de total libertad creativa en el que te esfuerzas por superarte y otro en el que mayormente el trabajo se centre en aplicar técnica.

R.: Los clientes que solicitan un trabajo tipo book o beauty, o algunos publicitarios que se engloban en moda o belleza son los que más libertad te permiten, porque ya vienen buscando lo que hago y quieren ese mismo estilo en sus imágenes. Generalmente, si un cliente confía en tu trabajo es lógico que delegue en el fotógrafo, aunque éste tenga que seguir un briefing o unas pautas determinadas que respeten el producto o propósito final, por supuesto.

Como te decía, trabajar con una modelo que necesita imágenes para su book, como últimamente para una diseñadora de joyas, o un trabajo para una marca de gafas que aún es inédito, por poner algún ejemplo, son quizá las ocasiones que permiten más libertad, en cuanto que puedo llevar el trabajo a mi propio territorio.

Contrariamente, un trabajo que es puramente técnico y que disfruto también enormemente es la reproducción de obras de arte, o fotografiar maquinaria industrial.

La alimentación, por ejemplo, también requiere de una técnica muy estricta pero es una disciplina mucho más abierta a una aportación personal. Muy diferente, pero todo es fotografía que exige el mejor resultado posible.

J.: ¿Necesitas ayudantes en alguna ocasión? Y si es así ¿qué cualidades o conocimientos demandas de ellos?

R.: Sí, en ocasiones y dependiendo de la magnitud de la producción son lógicamente necesarios. Básicamente me gusta que se sientan cómodos y disfruten del trabajo, eso es mi responsabilidad en todos los sentidos y es más productivo. Aunque me relaja mucho más el trabajo individual, el trabajo en equipo es muy enriquecedor.

J.: ¿Has enseñado fotografía alguna vez? De ser así ¿Cuál es tu principal consejo a tus alumnos?

R.: Sí, he realizado algunos cursos o talleres básicamente técnicos: iluminación, retoque… y es posible que retome esta faceta porque también sigo aprendiendo y evolucionando mientras transmito lo que pueda saber… A los alumnos siempre les digo algo muy simple: que sean ellos mismos, que no traten de imitar a nadie.

«No creo que sea rentable hoy en día contar de forma propia con ese tipo de estudios súper equipados, salvo que exista una gran demanda de alquiler a terceros que compense su mantenimiento. Así que la fórmula de alquilar un plató cuando lo necesites o contar con tu pequeño estudio propio creo que es lo más viable y práctico.»

J.: Si no me equivoco, Vigo es una ciudad menos industrializada que en el momento en el que comenzaste tu carrera ¿Has notado bajada de encargos locales en los últimos años?

R.: Creo que en estos últimos años todo se mueve más rápido, ya casi nadie está 30 años trabajando para los mismos clientes, por lo tanto tienes que estar abierto a los nuevos. También hay que contar con la propia capacidad productiva para atender a todos debidamente, así que hasta ahora, aunque algunas empresas, instituciones o agencias ya no existen o han recortado, han venido otras y he cubierto el hueco. Pero en general no es un momento fácil. Quizá nunca lo fue en nuestro sector.

J.: ¿Qué tipo de fotografía te demandan más los empresarios Gallegos?

R.: La verdad es que el contenido de mis encargos siempre ha estado diversificado, y eso me ha ayudado a adaptarme a las demandas que parecen seguir unas pautas según la época: en ocasiones se demandan muchos reportajes, en otras fotografía de producto, interiores, instalaciones, retratos, mucha alimentación… claro que depende del tipo de empresa, pero te puedo decir que trabajo con algunas que me encargan ¡todos esos géneros fotográficos! Y esperan que resuelvas el encargo con eficacia, así que es bueno aprender todo lo que puedas para afrontarlo con seguridad.

J.: En algún momento esta entrevista será leída por algún fotógrafo principiante que se esté planteando montar un estudio fotográfico en Galicia, suficientemente grande como para poder fotografiar ambientes de cocinas u otras cosas que demanden la misma cantidad de espacio, con un techo suficientemente alto y una inversión en iluminación considerable ¿Qué le aconsejarías? ¿existe cabida a día de hoy en Galicia para ese tipo de encargos? ¿Hay tendencia a que decrezcan?

R.: Siempre que he realizado ese tipo de trabajos han tenido lugar en la empresa del cliente, que suele ser un gran espacio donde tienen sus productos instalados, y es mucho más operativo que yo lleve allí mi equipo a que ellos se trasladen a un hipotético y gigantesco plató. No creo que sea rentable hoy en día contar de forma propia con ese tipo de estudios súper equipados, salvo que exista una gran demanda de alquiler a terceros que compense su mantenimiento. Así que la fórmula de alquilar un plató cuando lo necesites o contar con tu pequeño estudio propio creo que es lo más viable y práctico.

Catálogo: ’14th International Color Photograher of the Year vol 1′. Edicion digital. Ed. International Color Awards Beverly Hills. CA. USA. 2021. 232 páginas.

Catálogo: ‘Holland International Image Circuit 2016’. Ed. Stichting Holland Circuit. Hoorn. Netherlands Tapa blanda. 22 x 23. cm. 144 paginas.

Catálogo: ‘Holland International Image Circuit 2020’. Ed. Stichting Holland Circuit. Hoorn. Netherlands. Tapa blanda. 22 x 23 cm. 144 paginas.

‘La magia de la fotografía’. Anaya Multimedia. PhotoClub. España. 2015. Tapa Dura. Páginas 240. 23 x 2.8 cm. ISBN 978-84-415-3708-8.

Catálogo: ‘Monochrome Awards Annual Book’. UK. Apr 03. 2020. Tapa dura. 86 páginas 30×30 cm. Idioma: Inglés.

Catálogo: ‘One Eyeland Vol-1’. Ed. One Eyeland. India 2011. Tapa Dura con sobrecubierta. 188 páginas. 29 x 29 cm.

‘Passion’ Libro anuario 1X. Ed. 1x Innovations AB. Suecia. 2013. Tapa dura. 216 páginas. 27 x 21 cm. ISBN 978-91-979184-3-5.

Catálogo: ‘Trierenberg Super Circuit Luxury Edition IX’. Ed. Fotoforum Event GmbH. Austria. 2018. 21.5 x 30.4 cms. Tapa dura y sobrecubierta. 504 páginas.

Catálogo: ‘Trierenberg Super Circuit Luxury Edition VII’. Ed. Fotoforum Event GmbH. Austria. 2016. 21.5 x 30.4 cms. Tapa dura y sobrecubierta. 500 pág.

Catálogo: ‘TSC Quintessence 2000-2020’. Ed. Fotoforum Event GmbH- Austria. 2020. 21.5 x 30.4 cms. Tapa dura con sobrecubierta. 512 páginas.

Catálogo: ‘Lux 2015’ AFPE España. 2016. Tapa dura. 184 Páginas. 24 x 24 cm. ISBN 978-84-608-4514-0.

Portada ‘Bristol Salon of Photography 2014’. Ed. Bristol Photographic Society. UK. 2014. Tapa blanda. 84 páginas.

Portada ‘Holland International Image Circuit 2014’. Ed. Stichting Holland Circuit. Hoorn. Netherlands. Tapa blanda. 22 x 23 cm. 216 páginas.

J.: Siempre he querido saber si se siguen fotografiando los coches en un estudio con fondo neutro e iluminación o si es posible trampear todo eso con edición?

R.: Siempre se cuida tanto la toma como la iluminación en ese tipo de producciones, no puedes partir de una imagen de un vehículo mal iluminado o capturado desde un mal ángulo, pero igualmente la edición y postproducción son muy rigurosas. Bueno, todo esto sirve para cualquier tipo de fotografía publicitaria bien producida, por supuesto.

J.: ¿Qué tipo de cámaras utilizas y con cuales te sientes más cómodo?

R.: Cámaras réflex de formato completo, me permiten hacer todo lo que quiero y siempre pienso en utilizarlas a largo plazo, es decir, no pienso en cambiar una cámara a los tres años de uso para sustituirla por el ultimísimo modelo. Quiero que duren y sean lo más fiables posible. Veo más razonable invertir en iluminación, si haces estudio, claro.

J.: Ahora los fotógrafos nos ahorramos el precio de los revelados y algunas veces el de los positivados, pues no todas las fotos son para imprimir, pero ¿a qué coste? Has sido fotógrafo antes y después de la conversión digital el tiempo suficiente como para dar tu opinión ¿Es más caro ahora ser fotógrafo comercial? Actualización de programas informáticos que demandan un cambio de ordenador, compra de discos duros…

«La fotografía digital es en realidad más cara, al menos para alguien que trabaje como yo.»

R.: La percepción general es que ahora es más barato porque no se utiliza película… y no puedo estar más en desacuerdo. Creo que es más caro ahora por lo que muy bien comentas de programas, ordenadores, almacenamiento… y el propio equipo fotográfico, que antes era «para toda la vida» y eso se acabó. La fotografía digital es en realidad más cara, al menos para alguien que trabaje como yo. Aunque por otra parte, ahora un equipo básico puede ofrecer una gran calidad de resultados, y la evolución técnica ha puesto al alcance de la mayoría muchos medios muy interesantes que antes eran inalcanzables o simplemente no existían.ismo.

J.: Una vez me contaron que cierto fotógrafo gallego se tuvo que comprar un nuevo cuerpo de cámara carísimo que producía una resolución muy grande porque uno de sus clientes le pidió una foto a esa resolución, sólo porque se había enterado de esa nueva posibilidad técnica, y creo que ni siquiera necesitaba dicha resolución para el trabajo que demandaba. ¿Te has visto en situaciones parecidas o peticiones raras propias de una carta de Reyes magos?

R.: Creo que hoy en día trabajamos con una calidad mucho más que suficiente incluso con los equipos más básicos. Por otra parte, tal y como dices dudo que un cliente necesite realmente una resolución «fuera de mercado»… También es nuestra labor asesorar al cliente cuando parte de un punto de vista que podría ser erróneo.

J.: Me has dicho que te gustaría recopilar tu trabajo en un libro, y quizá una exposición individual ¿En qué editoriales te gustaría ver publicado tu trabajo? ¿te ves produciendo ese libro tu mismo?

R.: Bueno, aunque suene obvio me gustaría publicar con editoriales que vean la fotografía como algo primordial, siendo conscientes que para el autor ese libro es su vehículo expresivo final. No descarto la autopublicación como una opción tan válida como cualquiera, pero en cualquier caso no es algo preferente ahora m

J.: Un fotógrafo que tenía una tienda en Marín me dijo que en décadas pasadas vivía y pagaba los gastos de su negocio haciendo fotos carnet y revelando carretes. Todos los encargos que hacía a mayores era «dinero extra» Los tiempos no dejan de cambiar, ahora los fotógrafos pueden hacer cosas que antes no podían como fotografiar con un dron, pero también dejan de hacer otras o se encuentran con nueva competencia cada día porque la sociedad se vuelve cada vez más visual y la fotografía es cada vez menos misteriosa ¿Hacia donde crees que se está dirigiendo tu profesión? Cuéntanos algún cambio que hayas vivido, y si puedes revélanos alguna sospecha sobre el futuro, si es que la tienes.

«La verdad es que no me atrevo a hacer un pronóstico de hacia dónde va la fotografía profesional. Aunque siga existiendo en un futuro, los cambios en el mercado, la evolución tecnológica o la demanda hacen impredecible cualquier suposición. Hay muchas posibilidades abiertas.»

R.: Pienso que dadas las circunstancias pasadas y presentes que resumes perfectamente en tu pregunta, es importante tener la mentalidad de trabajar cada día como si fuese el primero, de no descuidar nada y seguir evolucionando en todo lo posible. Es cierto que la fotografía se va despojando de ese misterio anterior al estar ya literalmente al alcance de todos, pero una buena formación visual general hace que mucha gente pueda seguir apreciando un trabajo serio. No digo que esa cultura visual esté muy extendida, y quizá esté banalizada, pero normalmente las personas saben cuando están ante una fotografía bien realizada aunque no sepan cómo.

Como puedes suponer, el paso de analógico a digital, aunque ya lejano, fue para mí el más notable y el que cambió nuestra forma de trabajo para siempre, desde la preproducción a la forma de entrega del trabajo final. Y creo que de forma muy positiva, aunque invirtamos muchas más horas en el trabajo.

La verdad es que no me atrevo a hacer un pronóstico de hacia dónde va la fotografía profesional. Aunque siga existiendo en un futuro, los cambios en el mercado, la evolución tecnológica o la demanda hacen impredecible cualquier suposición. Hay muchas posibilidades abiertas.

J.: En 2017 hubo un intento de formar la Asociación da Fotografía Galega ¿Crees necesario para Galicia tener una asociación donde los profesionales que quieran se acojan a ella como a un sindicato donde se financie asesoramiento, asistencia legal, gestión fiscal o formación?

R.: Eso sería perfecto, incluso es inexplicable que no contemos con ello. Pero creo que los colectivos, por múltiples razones, finalmente no funcionan especialmente en Galicia. Pero necesario, por supuesto que lo es.

'Three'. 2018

J.: Creo que una asociación de profesionales de la fotografía sería algo que podría hacer presión a las entidades políticas, por ejemplo que se haga algo útil con el Centro Galego da fotografía de Vigo.

R.: Inevitablemente, al final todo se complica, todo se tuerce con un mal entendido elitismo (fotográfico), o con políticas muy pobres culturalmente, olvidando el propósito original: la difusión y dignificación de la fotografía y su legado. No tengo muchas esperanzas al respecto, aunque sí en opciones más individualistas o colectivos pequeños que están haciendo infinidad de cosas. Existe una gran actividad fotográfica en nuestra comunidad, de producción, de publicación, de difusión (como tu proyecto sin ir más lejos), de logros externos. ¿Por qué ninguna institución percibe, apoya y difunde toda esta actividad? El bagaje fotográfico aporta una riqueza social y cultural que debemos aprovechar, y sobre todo, disfrutar. No hacerlo nos convierte en una sociedad menos evolucionada.

08-09-2020